El huracán María de septiembre de 2017 puso de rodillas a Puerto Rico, pero no lo suficiente – según informa la agencia española EFE – como para que sus gobernantes olviden su propósito de convertirse en la base operativa para provocar la caída de Maduro. O quizás precisamente porque ese rol – interpretación legítima – podría aliviar más fácilmente la situación económica de la Isla. Es verdad, dice EFE, será un “centro logístico de recepción de ayuda humanitaria y en el que se reunirán líderes internacionales para preparar la transición política de Venezuela hacia una democracia plena”, como anunció el gobernador de la isla caribeña, Ricardo Antonio Rosselló Nevares, en conferencia de prensa. Nada mejor que una porción de territorio estadounidense en el Caribe para concretar un objetivo que el presidente Trump nunca ocultó: una intervención militar que destituya a Maduro, cosa que la oposición no ha logrado en todos estos años.
Por otra parte, no es la primera vez que Trump ventila la posibilidad de una intervención militar en Venezuela. El Nuevo Herald, el matutino estadounidense en lengua española, reveló que el pasado mes de agosto, durante un encuentro en el Salón Oval, el presidente de Estados Unidos presionó a sus consejeros sobre la posibilidad de invadir Venezuela. La propuesta – asegura el diario de Miami – habría sorprendido a los asistentes a la reunión, entre ellos el Secretario de Estado Rex Tillerson y el Consejero de Seguridad Nacional, general H.R. McMaster, quien ya no forma parte del ejecutivo estadounidense. El Nuevo Herald recuerda también que Trump planteó la opción militar con líderes latinoamericanos en Nueva York en septiembre de 2017, y en un par de otras oportunidades dio a entender que no excluye en absoluto dicha posibilidad. Es lícito pensar que precisamente Puerto Rico, donde se ha puesto en marcha el proceso legislativo que podría transformar la isla en el 51º estado del país norteamericano, después que un referendo popular en 2012 aprobó por mayoría esa posibilidad, puede ser el centro operativo de los propósitos intervencionistas tras la fachada de la ayuda humanitaria.
El gobernador de la isla, Rosselló, hizo el anuncio para América Latina de este futuro rol de su país en presencia del opositor venezolano y ex alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, señalando que el primer paso en función de ese objetivo es la creación de una Comisión de reconstrucción de Venezuela cuyo primer encuentro se llevará a cabo el 20 y 21 de octubre en la capital portorriqueña. Como informa la agencia EFE, en la misma oportunidad Ledezma destacó que la situación geográfica de Puerto Rico respecto de Venezuela hace que la isla sea el lugar ideal para crear un centro logístico internacional para concentrar todas las ayudas humanitarias para el país sudamericano una vez que Maduro abandone el poder.
La agencia EFE refiere que la alianza entre el gobierno de Puerto Rico y la corriente más beligerante de la oposición venezolana, cuyo principal referente es Ledezma, “quedó establecida con la firma de un acuerdo entre las partes que compromete al Ejecutivo liderado por Rosselló a convertirse en un estandarte para la transición política en Venezuela”. “Puerto Rico será un colector de ayuda y soporte para Venezuela”, declaró Rosselló después de haber afirmado que la intervención humanitaria es necesaria y que “la isla caribeña, por su cercanía geográfica al país sudamericano, es el territorio mejor situado para encabezar esa iniciativa”.
El gobernador de Puerto Rico no dio detalles exactos sobre quiénes son las figuras más importantes invitadas para preparar la transición en Venezuela, pero precisó que “la iniciativa fue comunicada a las autoridades estadounidenses, ya que Puerto Rico es un territorio estadounidense que se define como un Estado Libre Asociado a EEUU cuyo ámbito de relaciones diplomáticas queda en manos de Washington”.