Corría el año 1515 cuando el conquistador español Diego Velázquez de Cuéllar llegó a la espléndida bahía de la isla y desembarcó con sus hombres para establecerse en ese lugar. Al cabo de cuatro años, el germen de la ciudad que habían comenzado se trasladó al emplazamiento que ocupa actualmente, cerca de Cayo Carenas. Por eso los historiadores cubanos tomaron el Anno Domini 1519 como fecha de fundación de La Habana, y noviembre el mes en que se celebra. Originariamente la ciudad era una importante escala comercial y después, en 1607, pasó a ser la capital de la colonia española de Cuba y el puerto más importante de todas las colonias españolas en el Nuevo Mundo. La Habana siempre tuvo una vida dura. Fue incendiada por bucaneros en 1538 y saqueada en 1553 y 1555. Gran Bretaña se apoderó de la ciudad en 1762 durante la Guerra de los siete años, y abrió el puerto al libre comercio, trasladando allí a millones de africanos esclavizados. Cuando terminó la guerra, la cedió a cambio de Florida. Después de recuperar el control de la ciudad, los españoles la convirtieron en la más fortificada de todas las Américas.
En los años Veinte, durante el Prohibicionismo en Estados Unidos, La Habana se convirtió en un lugar de vacaciones muy popular para los estadounidenses; los nightclub y las casas de juego de azar sobrevivieron a la derogación de la ley, pero la mayoría de ellos cerraron en 1959 después de la revolución cubana. “Si La Habana es la capital de Cuba que ha resistido hasta hoy, no puede ser un rostro ultrajado”, declaró el historiador por excelencia y artífice de la gradual restauración de la ciudad, el arquitecto cubano Eusebio Leal, quien invitó a los vecinos de La Habana a “recuperar la dignidad” de su capital y “no humillarla” pintándola “con colores que no conoce”, arrojando basura en las calles u orinando en las esquinas. Leal recordó también que el año que viene culminará la restauración del Capitolio tras ocho años de trabajo, y adelantó que se recuperará también la escuela en la que estudió el prócer independentista José Martí, considerado “el apóstol de Cuba” en la Isla.
Quinientos años son pocos en comparación con las ciudades europeas que exhiben muchos siglos más en su haber, pero son tantos para una ciudad del Caribe cuya historia moderna data del siglo XVI.
La campaña planificada para el V Centenario es ambiciosa ya desde el título: “Lo más grande”. En el último año se completaron 16.000 obras edilicias que responden a más de 7.000 reclamos de los habitantes de La Habana, explicó la Vicepresidente de la Asamblea Provincial del Poder Popular, Tatiana Viera, quien agregó que en vistas del aniversario de 2019 se potenciarán también las zonas verdes y los espacios para los niños y jóvenes. Viera se refirió después al programa de las celebraciones, declarando que involucrará al sector privado, los llamados “cuentapropistas”, que se han convertido en uno de los pilares económicos de la capital cubana, en especial los que brindan servicios en el sector turístico. La música, la literatura y las artes plásticas relacionadas con La Habana también serán parte del programa de festejos de los próximos meses, donde se recordará a los grandes nombres que pasaron por una ciudad que ha encandilado a creadores y ha sido escenario de históricos acuerdos de paz, en referencia a las negociaciones entre el gobierno colombiano y las Farc que comenzaron y concluyeron en la capital cubana, así como al histórico abrazo entre el Papa Francisco y el Patriarca de Moscú Kirill en 2016.