Ya empezó la cuenta regresiva y el Paraguay se prepara para vivir un acontecimiento eclesial único después de la visita del Papa Francisco en julio de 2015: la beatificación de María Felicia de Jesús Sacramentado Guggiari Echeverría, más conocida como “Chiquitunga, quien se convertirá en la primera beata paraguaya. En efecto, el pasado 6 de marzo el Papa Francisco promulgó el decreto por el cual la Congregación para la Causa de los Santos reconoce el milagro realizado por la joven carmelita descalza, nacida en Villarrica del Espíritu Santo el 2 de enero de 1925 en el seno de una familia cristiana y fallecida en Asunción el 28 de abril de 1959 a los 34 años.
La fecha de la beatificación no es casual sino que coincide con el 30° aniversario de la visita del Papa Juan Pablo II y la canonización del primer santo paraguayo, Roque González de Santa Cruz, el 14 de mayo de 1988. La ceremonia tendrá lugar el sábado 23 de junio en el estadio del club Cerro Porteño, el más moderno y de mayor capacidad del país, y será presidida por el delegado del Papa Francisco, Cardenal Ángelo Amato.
La Comisión organizadora está difundiendo todas las indicaciones necesarias para ordenar la asistencia a la ceremonia, ya que el estadio tiene capacidad para 40 mil personas y se ha previsto la presencia de decenas de miles de participantes. El padre Óscar González, en nombre de la Comisión, comunicó que “durará poco más de 3 horas entre la animación previa y la misa solemne”. Aclaró también que el ingreso al estadio será gratuito y que 750 jóvenes orientarán a la multitud en ese proceso. Concretamente, especificó que “ingresará en primer lugar la gente anciana y los enfermos por la parte este y posteriormente los demás por la parte de preferencias o bien oeste. Luego van a llenar la parte norte que es la mayor gradería. Si hacen falta lugares, entonces se va a habilitar la gradería que queda sobre la calle novena”.
La noticia de la beatificación de Chiquitunga “se está difundiendo por todo el país”, explican desde la Comisión organizadora “y también en la familia carmelita de toda América Latina, Europa y otros continentes, que se prepara para participar de la fiesta”.
Un decreto del Presidente de la República Horacio Cartes declaró de interés nacional el acto litúrgico.
Sobre lo que representa Chiquitunga para el pueblo paraguayo en el actual momento histórico, reflexionó en estos días el arzobispo de Asunción Edmundo Valenzuela, poniendo el acento en la consonancia de la nueva beata con el magisterio pontificio y en particular con la exhortación apostólica Gaudete et Exsultate, cuando se refiere a la llamada a la santidad en el mundo contemporáneo. “La simpatía, amabilidad y caridad de María Felicia deberían ser apreciadas por todo el pueblo paraguayo. Las virtudes extraordinarias y los valores sustentados por Chiquitunga suscitan en nosotros la admiración”, comentó Mons. Valenzuela. Por eso espera que “la devoción por la futura beata, que ya es grande, pueda seguir creciendo”. Mons. Valenzuela no duda que “el pueblo puede entusiasmarse con el testimonio de vida de Chiquitunga, cuya vida está cargada de situaciones y encuentros propios de una humanidad apasionada y fascinante”.
En vistas de la beatificación se ha preparado también un subsidio litúrgico para la celebración de la misa durante el tiempo previo a la solemne ceremonia del 23 de junio. El material contiene las moniciones y oraciones universales para cada celebración y además un tema de reflexión para cada día, algunas preces específicas y una monición conclusiva. Para la redacción de las intenciones y como sugerencia para la preparación de las homilías de este tiempo se ha tomado como fuente principal los escritos de la hermana María Felicia.