Hace pocas horas el cardenal Leopoldo Brenes, arzobispo de Managua, declaró que ayer, durante la reunión de la presidencia del Episcopado con el Presidente de la República, Daniel Ortega, se entregó al mandatario un documento que contiene la propuesta de mediación para resolver el conflicto político y social que sacude al pequeño país centroamericano desde hace 51 días y que, hasta la actualidad, ha causado la muerte de por lo menos 134 personas según los datos del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos.
La mayoría de esas personas fueron víctimas de las acciones represivas de la Policía y de las bandas paramilitares afines al gobierno.
Ahora, agregó ayer Mons. Brenes, el país y nosotros esperamos una respuesta clara y por escrito, oficial y solemne. “Una vez que el presidente de la Republica nos haya respondido formalmente, convocaríamos a la mesa plenaria del diálogo nacional para valorar dicha respuesta y por lo tanto la factibilidad de continuar el mismo diálogo nacional”, aclaró al finalizar el cardenal, aunque se negó a anticipar cualquier contenido de la propuesta entregada a Ortega. Por consiguiente, se ignora si esa propuesta vuelve sobre el tema que provocó la interrupción del diálogo, vale decir la insistente solicitud de parte de muchos sectores de la oposición de una nueva ley electoral y un cambio de gobierno a través de reformas constitucionales y consultas populares. Obviamente el presidente Ortega siempre se negó despectivamente a plantear esa perspectiva, acusando a los partidarios de la propuesta de querer “un golpe de estado” (blando).
Por ahora no se sabe hasta cuándo la Iglesia local esperará la respuesta y si se ha fijado una fecha de vencimiento para recibir la misma.