El sábado 21 de abril los miembros de las logias masónicas chilenas que hayan obtenido el grado de venerable maestro concurrirán a las urnas para elegir al nuevo gran maestro, quien encabezará la masonería durante los próximos cuatro años. Esa circunstancia ha centrado una vez más la atención de la opinión pública en la masonería y la influencia que esta tiene en las esferas de poder y en las redes mediáticas. El semanario Reportajes, del diario chileno La Tercera, ha realizado una ambiciosa reconstrucción del mapa del poder masónico en el país que comparte con Argentina la extensa cordillera de los Andes. El primer dato importante es que actualmente la Gran Logia de Chile tiene cerca de 13.000 miembros, a los cuales se suman los miembros de las llamadas “logias liberales”, con lo cual llega a un total de aproximadamente 16.000 masones en todo el país, entre los cuales se cuentan ministros de Estado, políticos, jueces, parlamentarios, rectores de universidades y conocidos abogados.
La revista chilena, observa que la Orden ha perdido el “peso” que tuvo en otras épocas, aunque sigue siendo importante formar parte de la misma. La época más gloriosa de la masonería de Chile fue entre 1932 y 1958, cuando cinco miembros de la Orden fueron elegidos, sucesivamente, para el máximo cargo constitucional, la presidencia de la República: Arturo Alessandri Palma, Carlos Ibáñez del Campo, Pedro Aguirre Cerda, Juan Antonio Ríos y Gabriel González Videla.
No obstante, en la actualidad hay miembros de la Orden en casi todas las esferas de poder de la sociedad chilena y no de los “enclaves” de masonería en Chile es la Justicia. Para estos profesionales, especialmente los miembros del Poder Judicial, la tradición sigue teniendo mucho peso y por esa razón los que pertenecen a una logia tienen mayores posibilidades de hacer una buena carrera.
La influencia del mundo masónico abarca también el ámbito de la Corte Suprema y el Ministerio Público Fiscal, y en la respetada institución de los Carabineros, si bien este año no figuran nombres de la dirigencia, hay varios generales que han solicitado ingresar a la Orden.
La Policía de Investigación chilena (PDI) es otro pequeño enclave. Después de Nelson Mery, el actual director Héctor Espinosa forma parte de la Orden. Waldo Parra, autor del libro “Masones y Libertadores” afirma que la masonería tiene más influencia de lo que uno cree. “Una persona ya empoderada no entra a la masonería, no sería común. Se empoderan adentro por las herramientas y el perfil de un masón”. Aun así, para entrar a la Orden hay que pasar las pruebas de admisión, para lo cual – explica Reportajes – es necesario que sean “personas muy calificadas y altamente educadas”. Es decir que los masones son influyentes por el poder que tiene cada uno en sus distintos ámbitos y la pertenencia a la Orden potencia ese poder, prestigio e influencia.
A la logia Cóndor 9, reconocida como la más importante e influyente de Chile, pertenecen destacados abogados como Darío Calderón, ministros en ejercicio y ex ministros de la Corte Suprema. Una de las principales características de la Cóndor 9 es su respeto por las tradiciones masónicas. “Se saludan con el característico apretón de manos con los dedos flectados, donde el pulgar se ubica entre el primer y segundo nudillo. Otra de las señales que alude a la importancia y tradición que sigue esta logia es su ubicación. Entre Santa Rosa y San Isidro, específicamente en Marcoleta 659, está la sede de la Gran Logia de Chile. Allí, varias logias funcionan regularmente y una de ellas es, precisamente, la Cóndor N°9”, explican las autoras de la investigación de Reportajes, Carla Ruiz, María José Núñez y Valentina Muñoz.
Lo que sin duda resulta asombroso es la ramificación que tiene actualmente la masonería en Chile. Si bien históricamente se ha vinculado la masonería con la militancia política “progresista”, hoy se encuentran miembros de la Orden en todo el espectro político. Mario Desbordes, quien preside su partido Renovación Nacional de centro derecha, se inició en la masonería hace muchos años aunque desde 2005 está en “sueño”, es decir que no asiste a las reuniones ni paga sus cuotas mensuales. En el centro izquierda, en cambio, no solo se destacan afiliados al Partido Radical sino también miembros del Partido por la Democracia (PPD), del Partido Socialista e incluso de la Democracia Cristiana.
Una de las adquisiciones más extraordinarias de la masonería chilena habría sido la de Sebastián Dávalos, hijo de la ex presidente M. Bachelet, aunque su paso por la Orden concluyó abruptamente cuando estalló el escándalo que lo involucró en favoritismos políticos.
Contrariamente a lo que se cree, hay ritos masónicos que permiten la afiliación de mujeres a la Orden. La Gran Logia Femenina existe en Chile desde 1970 y uno de sus miembros es Maya Fernández, presidente de la Cámara de Diputados, quien pertenece a la logia femenina derivada de la “vertiente” más liberal, diferente a la tradicional en la que se inscribe la Gran Logia de Chile, que no admite la iniciación femenina.
La Gran Logia Femenina forma parte, desde el 21 de marzo pasado, de la Unión Masónica de Chile, asociación que unifica todas las logias masónicas liberales del país. El secretario general y representante Waldo López explica que hoy cuenta con 3.000 miembros aproximadamente. Si bien el rito de la Gran Logia no permite a las mujeres formar parte de la Orden, el Gran Maestro Luis Riveros reconoce que hubo un acercamiento de la logia tradicional a las mujeres y no excluye una colaboración en el futuro.
El sábado 21 de abril se lanzarán los dados. Los tres candidatos que buscan suceder al actual Gran Maestro Luis Riveros pondrán sobre el tapete sus respectivos pedigrees y expondrán cómo se proponen conducir la honorable sociedad. A continuación, todos aquellos que hayan alcanzado el grado de venerable maestro elegirán entre Jaime Campos, ex ministro de Justicia, quien era el favorito antes de que estallara el escándalo por el fallido cierre de Punta Peuco; Mario Cabezas, quien se desempeñaba como tesorero de la masonería antes de postularse, y Sebastián Jans, ingeniero jubilado y masón a tiempo completo, quien buscará el título por segunda vez.