El peregrino nº1 puso su firma, pequeña y angulosa, en la ficha de inscripción para confirmar que él, Francisco, también estará presente en la Jornada Mundial de la Juventud de Panamá. La realidad fue un poco menos prosaica, porque con un clic en la Tablet el domingo 11 de febrero, asomado a la ventana de su estudio en el Palacio Apostólico del Vaticano para recitar el Angelus, inauguró oficialmente las inscripciones para la XXXIV JMJ que tendrá lugar en el país centroamericano del 22 al 27 de enero de 2019. Era todo lo que necesitaba el comité organizador para abrir las compuertas y en poco más de una semana ya pasó la marca de los 40.000 inscriptos, subdivididos en unos 1.000 grupos. Y se trabaja para recibir a más de medio millón de jóvenes. “Las inscripciones proceden muy bien” confirmó el padre João Chagas, responsable de la Sección Jóvenes del Pontificio Consejo para los Laicos, la familia y la vida, pero no se aventura en hacer previsiones. “Los jóvenes saben sorprendernos siempre” comenta. “Las JMJ pasadas tuvieron entre 400.000 y 5 millones de peregrinos, como en Manila, Filipinas, en 1995. En esa oportunidad el evento también se realizó en enero”.
Hierven los preparativos, refiere Chagas a la agencia Servizio Informazione Religiosa de los obispos italianos. “Como Dicasterio para los laicos, la familia y la vida estamos trabajando en perfecta sintonía con el Comité organizador local (COL). Estuvimos en Panamá tres veces pero el contacto y el intercambio con el COL es cotidiano. Cada dos meses aproximadamente hay encuentros para ir perfeccionando la maquinaria organizativa. Me alegra poder decir que las personas que trabajan con la Col tienen un alto nivel de profesionalismo. Son laicos, la mayoría voluntarios que también están comprometidos en la Iglesia. La preparación de las celebraciones está muy avanzada, y lo mismo el tema del alojamiento (escuelas, parroquias, familias), el catering y el transporte. Estamos trabajando también en el “kit del peregrino” que incluirá un objeto de alto valor simbólico, anticipa el brasileño Chagas: “un rosario de madera de olivo realizado por los cristianos de Belén que viven una situación especialmente difícil. Los jóvenes recibirán el envío para rezar por la paz precisamente con esta corona de olivo”.
João Chagas, proviene de una rica experiencia pastoral a nivel internacional en la Comunidad Católica Shalom y presenta el próximo encuentro preparatorio de la JMJ que se llevará a cabo en Panamá del 7 al 9 de junio, en el que participarán cerca de 300 delegados de pastoral juvenil de todo el mundo. “En esa oportunidad se presentará la mayor parte del programa de las Jornadas de las diócesis, el festivales de las vocaciones y se mostrarán los lugares de las celebraciones y de las confesiones. La JMJ de Panamá empezará a tomar forma ante los ojos de los delegados”. Y tranquiliza sobre un punto fundamental en nuestros días, la seguridad: “En cualquier evento de este tipo hacen falta medidas de seguridad, como es lógico. Panamá no tiene antecedentes de ataques terroristas, es un país donde se vive con tranquilidad. También en ese aspecto el Comité organizador y la Policía están haciendo un óptimo trabajo. Muchos jefes de la Policía están comprometidos en la vida de las parroquias y eso es muy significativo”.
Todavía no se conocen los temas de las catequesis que se llevarán a cabo a lo largo y a lo ancho del país del canal ni tampoco las sedes, salvo que “los eventos principales de la JMJ deberían realizarse en la “Cinta Costera”, aunque el Comité organizativo y las autoridades locales están evaluando la posibilidad de realizar también algún evento en otra sede. Pero hasta ahora la Cinta Costera, que podemos considerar como la Copacabana de Panamá, sigue siendo la sede principal porque reúne las mejores condiciones de espacio, acogida y seguridad”.