Según la información concordante de numerosas fuentes, ayer sábado en una parroquia de Nueva York (Holly Name of Jesus di Manhattan), el enviado especial del Papa Francisco para el caso Karadima-Barros habló durante casi cuatro horas con la víctima principal de los abusos, años atrás, del sacerdote chileno Fernando Karadima, procesado y condenado en los tribunales civiles y canónicos. “Fue una reunión larga, emocionalmente difícil” dijo Cruz, y después observó llorando: “Estoy muy contento de haber podido hablar con monseñor Scicluna y con el padre Jordi Bertomeu, de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Ellos se portaron increíblemente bien y por primera vez siento que nos están oyendo”.
El periodista chileno, la víctima más conocida de Karadima, el sacerdote que como es sabido abusó también de James Hamilton y Juan Andrés Murillo, a los que Mons. Scicluna escuchará en Chile a partir del 20 de febrero, agregó visiblemente emocionado: “Lloró conmigo cuando le contaba las cosas que ocurrieron. Sentí su compasión muy grande y espero que los que van a testificar en Chile sientan lo mismo que sentí hoy [por ayer] con el monseñor”.
En las breves declaraciones que hizo Juan Carlos Cruz después del encuentro, explicó que había entregado a Mons. Scicluna el nombre de varias personas que en su opinión habían participado en las tácticas de ocultamiento de los abusos, así como una lista de otras personas que fueron víctimas de esta tragedia y que nunca hablaron. Mons. Scicluna le habría dicho a Cruz que hará todo lo posible para escuchar también estos nuevos testimonios que hasta hoy eran completamente desconocidos.
Por último, el periodista relató que el enviado del Papa no solo lo interrogó sobre “lo que yo sabía sobre Juan Barros”, el obispo de Osorno acusado de haber encubierto lo que hacía el padre Karadima “sino también sobre el cardenal Francisco Javier Errázuriz – arzobispo emérito de Santiago de Chile – y sobre todo lo que hizo; sobre el cardenal Ricardo Ezzati – actual arzobispo de la capital chilena cuyo mandato ha sido prorrogado – y sobre todo lo que nunca hicieron los obispos ni los responsables de las parroquia El Bosque (lugar de los delitos y crímenes de Karadima). Hablamos también de otros obispos. En fin, pienso que la misión de Scicluna está yendo más allá del caso Barros. El enviado papal es muy empático. Me parece un hombre bueno que desea llevar a cabo una investigación transparente e independiente. Quiere evitar cualquier interferencia. [Mons. Scicluna] ha leído todo lo que escribí. Conoce bien mi libro El fin de la inocencia”, documento donde Cruz relata su horrible experiencia entre 1981 y 1995.