Dice ser genial y estable, pero no hay duda de que es obstinado. El presidente Trump no suelta la presa y vuelve a pedir fondos para el muro en la frontera con México. Esta vez le reclama al Congreso un cheque por 18 mil millones de dólares para un nuevo tramo de 1.126 kilómetros y para reemplazar una parte de la barrera ya existente que considera insegura. A cambio, promete una solución migratoria para los jóvenes indocumentados, los que llaman “soñadores”.
La propuesta presidencial, revelada por el Wall Street Journal, condiciona la negociación con los demócratas sobre el espinoso “Deferred Action for Childhood Arrivals”, DACA según sus siglas en inglés, legislación migratoria del gobierno de Estados Unidos que beneficia ciertos inmigrantes que llegaron al país con niños y que acreditan un determinado nivel educativo: los “dreamers”.
Trump anunció el pasado mes de septiembre el fin del programa DACA, promovido por el ex presidente Barak Obama en 2012, que protegió de la deportación a los jóvenes que llegaron al país siendo niños, pero le dio plazo al Congreso hasta el 5 de marzo para encontrar una solución para ese problema.
Desde entonces, más de 14.500 jóvenes inmigrantes ya perdieron su status de DACA y a partir del 5 de marzo otros 1.000 de ellos por día perderán dicha protección.
Si el Congreso aceptara conceder los fondos solicitados, la barrera limítrofe actual, de 1052,51 kilómetros pasaría a ser de 1609,34 kilómetros, aproximadamente la mitad de la frontera sudoeste. Una extensión considerable y un dreamer construido por Trump.