Grupos armados que operan en el municipio de Chenalhó bloquearon las tres salidas que tiene la población hacia las ciudades de Pántelo y San Cristóbal, lo que provocó el desplazamiento de cinco mil indígenas que debieron acampar en condiciones precarias en las altas montañas del municipio de Chalchihuitán, a 46 km de la capital del estado de Chiapas. El motivo ha sido la disputa que sostienen por tierras y límites territoriales, derivado de un conflicto agrario que data de 1974 y que hasta la fecha no se ha podido conciliar, explicó a Desde la fe el P. Marcelo Pérez, encargado de la Pastoral Social en la Diócesis de San Cristóbal de las Casas.
El sacerdote recordó que esta disputa tiene más de cuarenta años y surgió debido a que no se respetaron los límites históricos y naturales marcados por el río que divide ambos pueblos; al municipio de Chalchihuitán le entregaron la mayor parte del territorio y eso provocó disconformidad en el municipio vecino de Chenalhó.
El párroco de la iglesia de San Antonio de Padua, en la localidad de Simojovel, a dos horas y media al norte de la capital chiapaneca, estuvo hace pocos días en los campamentos para documentar lo sucedido y al conocer la gravedad de la situación decidió solicitar ayuda a las comunidades aledañas y al pueblo de México en general, en cuestión de víveres, medicamentos y, sobre todo, cobijas y ropa. “Urgen médicos para atender los embarazos, los niños y los adultos mayores”, dijo. Refirió que la situación es crítica ya que, debido a la violencia y rapidez del desalojo, a punta de pistola y quema de casas, las personas no pudieron sacar sus pertenencias. Hay niños, mujeres (muchas de ellas embarazadas) hombres y personas de avanzada edad de ocho comunidades de Chalchihuitán que se encuentran viviendo casi a la intemperie, en condiciones críticas, en una zona donde la temperatura baja mucho por las noches, sin acceso a alimentos, medicinas ni refugio, lo que complica mucho la situación. El padre Pérez explicó que Caritas Mexicana ya está en coordinación con las Caritas de Coatzacoalcos y Tuxtla Gutiérrez para enviar víveres” y que por la distancia y las complicaciones del terreno, la forma más viable de colaborar es a través de las Caritas cercanas al estado de Chiapas; aclaró también que “la única vía que no ha sido bloqueada es el poblado de Simojuvel y por allí puede ingresar la ayuda humanitaria”.
El P. Marcelo Pérez está convencido de que la única manera de solucionar este conflicto es por medio del diálogo, el mejor camino para alcanzar la paz, que deben sostener ambas partes con el gobierno, sin excluir la posibilidad que solicitar la mediación de una institución que goce de autoridad moral, como hizo en su momento don Samuel Ruiz, defensor de los derechos de los pueblos indígenas de México y de América Latina, con el gobierno y el Ejército Zapatista. De esta manera –dijo– se puede replantear los términos y construir una mejor solución. El gobierno ha dialogado muchas veces pero dio soluciones analgésicas, como las aspirinas, que sólo calman en el momento pero después se reaviva el conflicto. La Iglesia y algunas ONG’s pueden intervenir y ser mediadoras; en ese caso los organismos que participen deben ser aceptados por ambos grupos, para que intervengan en los momentos de tensión.
El P. Marcelo Pérez es un indígena tsotsil y fue el encargado de preparar la Misa del Papa Francisco en Chiapas y de traducir la homilía al dialecto tsotsil; ha organizado también varias marchas para protestar contra la situación actual de la región, que sufre la carencia de servicios de salud, pobreza, políticos corruptos, altos niveles de violencia y comercio ilegal de armas y drogas; ha sido reconocido con el premio jCanan Lum por su compromiso en la lucha contra la corrupción y a favor de los derechos sociales.