El fotomontaje que publica el principal semanario de Colombia, Semana, acompaña la noticia de una presunta presencia de Adolf Hitler en el territorio de ese país, en algún momento 72 años atrás, según fuentes desclasificadas por el gobierno de Estados Unidos. El fotomontaje muestra al inconfundible dictador, con los igualmente inconfundibles bigotes, cubierto por un poncho andino también inconfundible, contra el fondo de la catedral de la ciudad de Tunja. En la parte superior la revista reproduce el fotograma de la foto, también desclasificada, que confirmaría el paso del dictador alemán por Colombia después que terminó la guerra. En Tunja, una hermosa ciudad en la Cordillera de los Andes a 130 kilómetros de Bogotá, el nazi fugitivo de una Europa devastada por él mismo habría vivido algunos meses asumiendo – dice la nota – la identidad de Adolfo Schrittelmayor.
La versión de un Hitler en Colombia no es nueva, pero cobró fuerza cuando el presidente de Estados Unidos Donald Trump dio la orden de abrir los archivos relacionados con el asesinato del presidente John F. Kennedy.
Uno de esos documentos es una carta secreta enviada a Washington en 1955 por un agente de la CIA destinado en Colombia, David Brixnor. En la carta, el funcionario afirma que Hitler está vivo y ha sido visto en el país.
Parte de este documento fue publicado este domingo por el canal colombiano Univisión Noticias. El texto dice que un agente con nombre clave ‘Cimelody-3‘ fue informado sobre la localización de Phillipe Citroën, un exsoldado de la SS nazis, quien le habría dicho que el Fuhrer estaba vivo y que no temía ser enjuiciado porque ya habían pasado 10 años desde el final de la Segunda Guerra Mundial.
La carta de Brixnor estaba acompañada de una pequeña foto en blanco y negro en la que se ve a Citroën junto a un hombre indiscutiblemente parecido a Hitler. Sin embargo, esta información nunca pudo ser confirmada por la inteligencia estadounidense y pasará a engrosar la larga lista de leyendas referidas a uno de los hombres más sanguinarios de la historia de la humanidad.
Sobre la inverosímil presencia del dictador en Colombia, la revista Semana consultó la opinión de Alberto Donadío, coautor con Silvia Galvis del libro “Colombia Nazi”, que reconstruye la presencia de hombres del Fuhrer o de simpatizantes locales en la posguerra. “Está el caso de Klaus Barbie, que se refugió en Bolivia y lo llevaron a Alemania ya muy viejo” recuerda el investigador. “O de Eichmann, que estaba escondido en Argentina la primera vez que los comandos israelís se lo llevaron. Él era el encargado de coordinar los trenes que transportaban los judíos a los campos de concentración. Pero en Colombia no se ha documentado ningún caso de un alemán importante, de la jerarquía nazi o los que estaban en los campos de concentración, que se hubiera refugiado en Colombia después de la guerra. Hay casos, en Estados Unidos y en Canadá, de guardias a los que descubrieron y procesaron, pero no aquí. No que hayan descubierto los cazadores de nazis, por lo menos. Es posible que haya habido un alemán con veleidades nazis que haya vivido aquí, pero no una persona que pueda ser acusada de un delito y tuviera poder en el nazismo”.
Alberto Donadíohace notar también que “en el 45, Colombia tenía un gobierno militar muy cercano al gobierno de los Estados Unidos, de modo que no parece probable que hubieran podido apoyar al gran enemigo de los aliados”.