Se sabía que las tendencias eran inexorables y al mismo tiempo, la inmigración latina y la mayor natalidad hicieron el resto, pero ahora también los números certifican el profundo cambio en la composición religiosa de Estados Unidos. El porcentaje de estadounidenses que se identifican como blancos y cristianos ha descendido por debajo del 50 por ciento. Es una transformación alimentada no solo por la inmigración y la diferencia en la natalidad, sino también por el creciente número de personas que declaran no profesar ninguna religión institucional.
Los datos del“Public Religion Research Institute”sintetizan un sondeo realizado durante un año completo, desde enero de 2016 hasta enero de 2017, sobre una muestra de más de 100.000 personas, al que se atribuye un margen de error inferior al 0,4 por ciento. En realidad hay que aclarar que la caída por debajo del umbral del 50 por ciento de la mayoría protestante que conformó la historia de Estados Unidos ya había sido registrada en estudios anteriores alrededor del año 2008. Pero con oscilaciones que ahora, por el contrario, ubican esta parte de la población como establemente minoritaria respecto al universo étnico original que conforma la nacionalidad del país norteamericano.
La encuesta muestra también que los cristianos en general siguen siendo la gran mayoría del país, aproximadamente el 70% de la población, pero los blancos, que en un tiempo eran dominantes en la vida religiosa de Estados Unidos, hoy representan solo el 43 por ciento de la población, según el citado instituto de investigación religiosa con sede en Washington. Hace cuatro décadas, cerca de ocho cada diez estadounidenses eran cristianos blancos.
El cambio, que ha afectado todo el espectro de iglesias cristianas en el país, incluye fuertes descensos en la membresía de grandes denominaciones protestantes de mayoría blanca como los presbiterianos y luteranos; una creciente presencia de latinos en la Iglesia Católica, que también ha perdido fieles blancos, y una considerable disminución de evangélicos blancos, que hasta hace poco se consideraban inmunes al declive.
La regresión porcentual de la componente de cristianos blancos sobre el total de la población estadounidense tiene también incidencia política, considerando que el presidente Donald Trump, que durante su campaña prometió varias veces proteger la libertad religiosa de los cristianos, recibió un 80% de apoyo entre los votantes evangélicos blancos, que siguen estando entre sus seguidores más fieles.
El estudio del “Public Religion Research Institute” también registra que más de un tercio de los republicanos han declarado ser evangélicos blancos y casi tres cuartos de estos se identifican como cristianos blancos. En comparación, los cristianos blancos han pasado a ser una minoría en el Partido Demócrata, cayendo del 47% de una década atrás al 29% actual. El 40 por ciento de los demócratas dijo no tener ninguna afiliación religiosa.