La XXXVI Asamblea general del Consejo episcopal de América Latina, CELAM, que dará comienzo en San Salvador (El Salvador) el próximo 9 de mayo, con la participación de los delegados de los 22 Episcopados de la región, desde México hasta Chile y Argentina, incluyendo obviamente a las Conferencias episcopales de América Central (SEDAC) y de la zona del Caribe, concluirá sus trabajos el 12 del mismo mes, décimo aniversario de la visita de Benedicto XVI al Santuario de la Virgen de Aparecida, en Brasil.
Aquel día, después del rezo del Santo Rosario, el Papa Ratzinger se encontró con los sacerdotes, religiosos y religiosas, seminaristas y diáconos en la Basílica del Santuario de Aparecida, y al día siguiente celebró la Santa Misa de inauguración de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y el Caribe en la plaza frente al Santuario. Seguramente la reunión plenaria del CELAM recordará en sus conclusiones todos estos eventos ocurridos hace diez años, en especial la publicación del voluminoso documento final – el Documento de Aparecida – elaborado durante las dos semanas de trabajo por un equipo que presidía el entonces arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Mario Bergoglio. Tiempo después el cardenal Bergoglio, conversando con la periodista Stefania Falasca, explicó: «El documento de Aparecida no se agota en sí mismo, no cierra, no es el último paso, porque la apertura final es sobre la misión. El anuncio y el testimonio de los discípulos. Para permanecer fieles hay que salir. Permaneciendo fieles se sale, este es el corazón de la misión, y es lo que en el fondo dice Aparecida. Permanecer fieles implica una salida. Si uno permanece en el Señor sale de sí mismo. Parece una paradoja, pero precisamente porque permanecemos, porque somos fieles, cambiamos. No permanecemos fieles, como los tradicionalistas o los fundamentalistas, a la letra. La fidelidad es siempre un cambio, un florecimiento, un crecimiento. El Señor obra un cambio en aquel que le es fiel. Es la doctrina católica. San Vicente de Lerins hace la comparación entre el desarrollo biológico del hombre, entre el hombre que crece, y la Tradición que, al transmitir de una época a otra el depositum fidei, crece y se consolida con el transcurso del tiempo: “Ut annis scilicet consolidetur, dilatetur tempore, sublimetur aetate”».
En un artículo del arzobispo Víctor Manuel Fernández, publicado en el diario Clarín de Buenos Aires hace algún tiempo, éste recordaba que Bergoglio llegó a Aparecida «esperanzado y preocupado. Muchos le decían que esta Conferencia podía resucitar el entusiasmo y la esperanza, pero sobre todo el sueño de una Iglesia latinoamericana con una identidad propia y un proyecto histórico marcado por la belleza del Evangelio y el amor a los pobres. Algunos decían que en la anterior Conferencia (Santo Domingo) la injerencia de la Curia vaticana había sido excesiva, y que el “fervor latinoamericano” había sido extinguido». Y refiriéndose a la presencia y el discurso del Papa Ratzinger, el cardenal Bergoglio aclaró a Stefania Falasca: «El Papa dio indicaciones generales sobre los problemas de América Latina y luego dejó libertad: ¡les toca a ustedes! Fue algo grande, por parte del Papa. La Conferencia comenzó con los informes de los veintitrés presidentes de las varias Conferencias episcopales, que abrieron el debate sobre los temas en los varios grupos. También las fases de redacción del documento estuvieron abiertas a la aportación de todos. A la hora de recibir los textos para la segunda y tercera redacción, llegaron 2.240. Nuestra disposición fue la de recibir todo lo que venía de abajo, del pueblo de Dios, y la de hacer no tanto una síntesis cuanto más bien una armonía».
El padre Rigoberto Pérez Garrido, Secretario ejecutivo del Departamento de Comunicación y Prensa del CELAM, explicó que en San Salvador, a partir del martes, el testimonio, la vida y los escritos del beato Óscar Arnulfo Romero estarán en el centro de las reflexiones, así como el magisterio del Papa Francisco. Un punto central de la agenda será la situación actual de la región, con sus desafíos, crisis, males y perspectivas, y por lo tanto es natural – agregó el padre Pérez Garrido – que una parte importante de las reflexiones se centre en la Doctrina Social de la Iglesia. Por otra parte, se trata de un componente esencial del Plan pastoral Global que se está aplicando desde 2015 hasta 2019.
Fuentes cercanas a la Asamblea afirman que los participantes recibirán un Mensaje especial del Papa Francisco.