Fue el arzobispo de Los Ángeles, monseñor José Gómez, quien levantó la voz en defensa de estos niños desde el púlpito de Modesto, California, donde se reunieron las delegaciones de los movimientos populares para hablar del momento histórico actual y las acciones más apropiadas para promover los derechos fundamentales de las personas. «Para comprender el impacto de las redadas que realizaron los guardias de frontera de Estados Unidos en más de 60 comunidades de todo el país solo en este mes de febrero» denunció el vicepresidente de la Conferencia de los obispos católicos de Estados Unidos «podemos escuchar a los niños: no quieren ir a la escuela porque creen que pueden llevarse a sus padres cuando ellos no están». Las redadas antiinmigrantes se realizaron en Atlanta, Chicago, Nueva York, Los Ángeles y algunas zonas de Carolina del Norte y del Sur, Florida, Kansas, Texas y Virgina del Norte.
El objetivo de las redadas debería ser el arresto y repatriación de los inmigrantes con prontuario. Sin embargo – informan los medios de comunicación estadounidenses – están afectando a muchas personas que no tienen antecedentes penales. También se encuentran en situación de riesgo muchos menores que escapan de la violencia en los países de América Central. La orden del presidente Trump de suspender por 120 días el programa conocido como CAM (Programa de Procesamiento de Refugiados para Menores Centroamericanos) aumenta las dificultades de los que emprenden viaje con el propósito de cruzar la frontera mexicana con Estados Unidos y pone en peligro su seguridad personal.
El programa fue lanzado por el gobierno Obama a fines de 2014 para hacer frente de alguna manera a la escalada de violencia en El Salvador, Guatemala y Honduras que empujaba a miles de jóvenes a emprender el viaje hacia Estados Unidos para reunirse con familiares o conocidos que ya residían en ese país. El CAM permitía poner en marcha un procedimiento especial para obtener la condición de refugiado o una visa legal de ingreso para los menores provenientes de los tres países centroamericanos. E incluso cuando el menor no era reconocido como idóneo para el ingreso como refugiado, el programa permitía un acceso condicionado perfeccionable con posterioridad.
El diario británico The Guardian publica una investigación periodística que señala que la suspensión dispuesta por Trump afecta también adolescentes amenazados de muerte porque han presenciado asesinatos de las pandillas y otros que escapan del reclutamiento forzado de las bandas criminales. Según las cifras que ofrece el periódico londinense, en los últimos dos años hubo 80.000 menores detenidos por los agentes mexicanos encargados de los controles migratorios. Otros 100.000 tuvieron problemas con traficantes de personas, funcionarios corruptos y secuestradores para poder llegar hasta la frontera con Estados Unidos.