El Instituto Mexicano de Doctrina Social de la Iglesia, IMDOSOC, es un centro de investigación serio y con un pasado de buenos resultados. Fue creado en 1982 y en 35 años ha producido instrumentos de conocimiento de primera categoría sobre la sociedad mexicana. Impresiona por tanto que su último estudio ponga de manifiesto un creciente flujo de emigrantes provenientes de Haití y de África en las zonas fronterizas. Una población de migrantes que acampa a lo largo de toda la línea fronteriza con Estados Unidos, concentrándose sobre todo en las ciudades de Tijuana y Mexicali.
Aún más impresiona el hecho de que la emigración – según el análisis del IMDOSOC – “muestra los nuevos perfiles de las personas que emigran, nuevas rutas migratorias o una diversificación de las mismas y nuevos flujos migratorios”.
El citado estudio se titula “Frontera cerrada” y señala al gobierno mexicano que las políticas migratorias del presidente Trump complican aún más la situación de esta parte del muro, donde han acampado 7.000 emigrados de Haití y otros 7.366 personas provenientes de África solo en la ciudad de Tijuana, casi el triple del flujo de personas de esta nacionalidad registrado en 2015.
Actualmente –explica el documento del IMDOSOC- “existen alrededor de 34 albergues funcionando tan solo en Tijuana… y no existe ninguna muestra de apoyo del estado mexicano”. Es la ciudadanía por medio de los salesianos, las escalabrinianas o los escalabrinianos, o de las iglesias evangélicas de todo tipo, los que han tomado esta batuta para tener recursos y atender a tantos haitianos” hace notar “Frontera Cerrada”.
Ulteriores datos proporocionados por la investigación muestran que entre los migrantes que quieren pasar a los Estados Unidos varados en Tijuana y Mexicali, predominan los hombres y los adultos (71 por ciento en Tijuana y 84 por ciento en Mexicali). Los niños representan el 8 por ciento de la población migrante.
El informe no oculta que la situación puede adquirir “formas explosivas”. El muro ya construido es una especie de dique de contención. ¿Qué ocurrirá cuando la presión alcance niveles de alarma?