Dentro de pocos días cerca de cuarenta teólogos provenientes de América Latina y España se reunirán con un grupo de estadounidenses en el prestigioso Boston College de Massachusetts para protagonizar el Primer Encuentro Iberoamericano de Teología. Serán cinco días de diálogos y exposiciones, reflexiones y conferencias con el propósito fundamental de analizar los desarrollos que se han producido en la teología en lengua española de América del Sur y del Norte “en tiempos del Papa Francisco”, según especifica el programa. La delimitación temporal resulta significativa y se refleja en el título de las principales exposiciones, que comenzarán con “Crisis del cristianismo en un mundo globalizado y en una Iglesia fracturada” e “Iglesia y reforma”, siguiendo la línea que se plantea en los documentos de Aparecida y Evangelii Gaudium. También se abordará “El aporte de la teología del pueblo o teología de la cultura” a la teología universal, como se denomina la corriente de pensamiento teológico “frecuentada” por Bergoglio durante sus años en Argentina. Seguirán en orden de tiempo otros dos temas relevantes en el momento histórico actual: “El discernimiento sociopolítico y la geopolítica pastoral de Francisco” y “Los pueblos pobres ante el drama de la inequidad y la exclusión”. El encuentro concluirá con trabajos sobre “La evangelización en perspectiva profética y liberadora ante el reto de la interculturalidad”.
Los promotores del encuentro de Boston observan que la teología latinoamericana, condensada en torno a los puntos enunciados, ha jugado un papel relevante en el proceso de renovación eclesial que lleva adelante el pontificado de Francisco y ha dejado en el mismo Papa argentino “una impronta socio-cultural que influye en sus escritos y sus gestos”. Resulta también obligada la referencia a Aparecida y al cambio de época que señalan los trabajos de la Conferencia en tierra brasileña, donde ya se anuncia el programa reformador del pontificado que comenzaría pocos años después.
Otro elemento importante será la presencia del representante papal, el arzobispo de Mérida Baltazar Porras Cardozo, uno de los últimos cardenales creados por el Papa Francisco para premiar al país más atormentado del continente americano.
En el encuentro de Boston estará en primera fila el sacerdote argentino Juan Carlos Scannone, jesuita de 86 años y ex profesor del Papa Francisco. En efecto, en 1957 el prof. Scannone enseñaba griego y literatura en el seminario de Villa Devoto, donde Jorge Mario Bergoglio dio sus primeros pasos en el camino del sacerdocio. Scannone es considerado el mayor exponente vivo de esa “Teología del Pueblo” cuyas principales figuras fueron Lucio Gera, Gerardo Farrel y el uruguayo Methol Ferré.
Una teología que ocupará un lugar relevante en las jornadas del Boston College, padre Scannone…
No podría ser de otra manera, considerando que se habla del aporte de la teología latinoamericana…
¿Cómo definiría en pocas palabras el aporte de la Teología del pueblo?
Prefiero remitir a un artículo que escribí en 1982 por pedido del padre Neufeld de la Gregoriana, para el libro “Problemas y perspectivas de la ideología dogmática”. Este aporte mío fue publicado inicialmente en italiano y luego traducido al alemán y al español. En el artículo distinguía cuatro corrientes y una de ellas era la que hoy se denomina “Teología del pueblo”. En esa época yo representaba una de las corrientes de la teología de la liberación. Dos años después, en 1984, la Congregación para la Doctrina de la Fe presentó el primer documento sobre algunos aspectos de la teología de la liberación, la Libertatis nuntius. Antonio Quarracino, que luego sería arzobispo de Buenos Aires y en aquel momento era secretario general del Celam, confirmó la existencia de estas cuatro corrientes. Por lo tanto se puede decir que fueron reconocidas como líneas dentro de la teología de la liberación. Gustavo Gutiérrez confirma, de manera explícita, que es una corriente con características propias.
¿En qué consiste la característica más destacada?
En el hecho de que no se utilizan ni el método ni las categorías del análisis marxista de la realidad, sino que, sin negar la raíz social, se prefiere un análisis histórico-cultural. En la Teología del pueblo el aspecto histórico-cultural toma la delantera sin restarle importancia al histórico-político.
Como en el caso de la religiosidad popular…
Sin duda la religiosidad popular es fuertemente valorizada por la Teología del pueblo e incluso se llega a hablar de “espiritualidad y mística popular”. El Papa Francisco, en la Evangelii Gaudium le da mucha relevancia al tema de la espiritualidad popular y lo trata dos veces, por la importancia que reviste la inculturación en la cultura latinoamericana. La cultura popular se evangeliza a sí misma y va evangelizando a las siguientes generaciones.
El título del encuentro en el Boston College es largo “El presente y el futuro de la teología iberoamericana inculturada… ”. ¿Qué significa?
El simposio de Boston buscará comprender y evaluar el presente de la teología iberoamericana inculturada y los desafíos para el futuro “en tiempos de globalización, interculturalidad y exclusión”, como dice la segunda parte del título, a continuación de la que usted cita.
Tres palabras que se repiten frecuentemente en boca de los teólogos latinoamericanos, casi una marca de fábrica de esta teología…
Diría que son palabras que caracterizan la época actual antes que la jerga de los teólogos latinoamericanos. Por un lado nos encontramos en vías de una mundialización cada vez mayor, y no solo de la economía sino de todas las dimensiones sociales; por el otro, como la globalización se ha realizado según una ideología neoliberal, la consecuencia ha sido la exclusión de los pueblos pobres y de los pobres de los pueblos, por la crisis estructural de las tres “t” de las que habla el Papa: tierra, techo y trabajo. Una respuesta importante a esa situación – en la línea de una globalización alternativa – se está dando en el diálogo intercultural, que desafía a las teologías inculturadas.
¿Por qué un congreso de este tipo precisamente en Boston y precisamente en este momento?
Porque queríamos intensificar el diálogo entre la teología latinoamericana y la teología de matriz hispana en Estados Unidos, que ha encarnado su reflexión teológica en la cultura propia sin perder por eso la dimensión universal tanto de la fe como de la teología, cuya universalidad es situada y analógica.
El programa del encuentro de Boston anuncia que se intentará identificar “el rumbo de la Iglesia en tiempos del Papa Francisco” ¿Hacia dónde apunta el timón de la nave?
El Papa Francisco está hoy liderando un cambio evangélicamente radical en la Iglesia y en la sociedad mundial, en fidelidad creadora con respecto al Vaticano II y a los Papas desde el Concilio. La teología iberoamericana debe acompañar ese nuevo rumbo, que está señalado por la misericordia, la conversión pastoral y misionera, la opción por una Iglesia pobre, para y de los pobres, y el discernimiento de los signos de los tiempos.
¿Cómo imagina el futuro de la Iglesia sin Francisco o después de Francisco?
Tengo la impresión de que muchos de los pasos dados por Francisco con respecto a la reforma y las reformas en la Iglesia, son irreversibles. Además, confío en la Divina Providencia con respecto a la elección de su sucesor, que -espero- podrá seguir con fidelidad creadora la tarea de una Iglesia “semper reformanda” y al servicio de una humanidad en camino de globalización, para que ésta sea más equitativa, justa y solidaria.