La tolerancia cero contra los abusos en el ámbito eclesial, entendido como tal los que se consuman dentro de iglesias, capillas, institutos religiosos y escuelas católicas, ha sido adoptada – aunque con diversos grados de severidad y según las regiones geográficas – por todos los episcopados de América Latina. Los casos de abuso cuyos autores son sacerdotes han disminuido drásticamente en relación con el pasado, incluso reciente. Pero no han desaparecido, como lo demuestran casos recientes registrados en Argentina, Chile, El Salvador, Paraguay y México. Esa es una de las razones por las cuales la Conferencia Episcopal latinoamericana ha decidido trabajar sobre el “protocolo” que se debe seguir en caso de denuncias de comportamientos sexualmente vejatorios contra menores que involucran al clero.
El curso se llevará a cabo en Bogotá, donde se encuentra la sede central del Celam, del 3 al 5 de febrero, antes que comiencen los trabajos de la Asamblea plenaria de episcopado ya planificados. En los tres días de clases – dice el sitio del organismo eclesial continental – se abordará el tema de cómo manejar los casos de abuso sexual a menores”.
El curso estará a cargo del sacerdote Jordi Bertomeu, perteneciente a la Congregación para la Doctrina de la Fe, enviado por Roma “para ilustrar a los obispos latinoamericanos sobre la tarea de la Iglesia para la protección de los menores”.