Delcy Rodríguez, Ministro de Exteriores de Venezuela, se reunió ayer en el Vaticano con el Enviado del Papa para acompañar el diálogo entre el gobierno de Nicolás Maduro y la oposición, mons. Claudio Maria Celli, y posteriormente escribió en su cuenta de Twitter: “El diálogo es el único camino en democracia”, agregando que el Santo Padre “mantiene su compromiso con el diálogo en Venezuela”. La canciller venezolana, figura clave en el gobierno de Caracas, estaba acompañada por su hermano, Jorge Rodríguez, delegado del gobierno en las conversaciones de octubre y noviembre.
Tras el fracaso del tercer encuentro, programado para el 6 de diciembre pasado, se espera con atención qué decidirán las partes respecto de la nueva fecha acordada para el 13 de enero próximo, a la cual asistirán tanto los mediadores de la Unasur (Unión de Naciones Suramericanas) como mons. Celli. Hasta ahora, a juzgar por los contenidos de la campaña mediática y las jugadas tácticas, el clima sigue siendo tenso e incierto, sobre todo debido a que los representantes de los partidos de la oposición insisten en decir que no se presentarán porque el gobierno no ha respetado los acuerdos que se discutieron y aprobaron en los dos primeros encuentros.
Pese a los reiterados llamamientos a las partes para que contribuyan a crear un clima de entendimiento y de encuentro, evitando realizar acciones que afecten la continuidad del diálogo, así como de autorizadas exhortaciones a respetar los acuerdos alcanzados, aunque mínimos y preliminares, en las últimas semanas nada ha cambiado para mejor e incluso en algunos momentos la tensión alcanzó niveles preocupantes.
En todo caso las partes se presentarán al próximo encuentro con algunas novedades relevantes que no dejarán de tener influencia en el diálogo. El gobierno del presidente Maduro lo hará con un nuevo Vicepresidente recientemente nombrado, el venezolano de origen sirio Tareck El Aissami. La oposición, que controla el Parlamento, hace pocos días eligió un nuevo y prestigioso presidente para la Asamblea Nacional: el socialdemócrata líder del partido “Primero la justicia”, Julio Borges.
En ambos casos se trata de figuras jóvenes y preparadas, de notoria relevancia, que de alguna manera pueden asociarse al ala más dura e intransigente de sus respectivas formaciones. Por eso muchos observadores intentan descifrar dichas iniciativas con el propósito de comprender si tienen relación directa con esta delicadísima etapa del diálogo. Si fracasara el encuentro del 13 de enero significaría, en opinión de muchos, la ruptura definitiva del diálogo y podría abrir la puerta a una situación peligrosa para el país y para toda la región. Otros expertos piensan, en cambio, que la táctica del tira y afloje que utilizan las dos partes terminará dando paso a una actitud más razonable, porque la única alternativa para el diálogo es el enfrentamiento.