INVASIÓN CHINA EN CHILE. Se han abierto más de mil mesas de negociación entre los dos países. Aumentan los viajes del presidente chino a la región. Y no se trata solo de visitas de cortesía

El Primer Ministro chino y la presidente chilena Michelle Bachelet en el palacio de la Moneda, en Santiago
El Primer Ministro chino y la presidente chilena Michelle Bachelet en el palacio de la Moneda, en Santiago

Los pesimistas dicen que el dragón chino se comerá Chile y pretende apoderarse del control estratégico de sus recursos económicos y naturales. Ponen como ejemplo el caso de Ecuador que, préstamo tras préstamo, le debe a Pekín algo así como 7 mil millones de dólares, el 30% de su deuda externa. Los optimistas refutan que las relaciones comerciales convienen a los dos países. En 2005 Chile, pionero entre los Estados del Cono Sur, firmó un tratado de libre comercio con el Dragón asiático. Desde entonces ha pasado mucha agua bajo el puente pero – paradójicamente – hasta Perú y el mismo Ecuador han estrechado sus relaciones con China. El viento parece haber cambiado y la reciente “Chile Week” en Pekín y Guangzhou, organizada por el gobierno chileno (Direcon – Ministerio de Relaciones Exteriores), llevó a la apertura de más de 1.100 mesas de negociaciones entre empresas de los dos países, según informa Andrés Rebolledo, director general de Direcon: “Chile representa menos del 1% en el mercado chino – escribió – pero somos su tercer socio comercial de América Latina. Pensamos que esta Chile Week en el gigante asiático reforzará nuestra presencia”.

Pekín sin duda no se ha quedado atrás. En junio los representantes de China Railway manifestaron al Ministro de Obras Públicas, Alberto Undurraga, su intención de invertir en el país, y en esos mismo días la Powerchina Northwest Engineering Corporation hizo lo mismo. “Chile – escribe María José Tapia, periodista de la revista chilena Qué pasa – aparece como una plataforma necesaria para expandirse al resto de América Latina y ya hay señales concretas de que los chinos llegaron para quedarse. En julio, abrió el China Construction Bank en Santiago”, el primer banco de Sudamérica  que tienen como moneda de referencia el Yuan. Los campos de acción de la conquista china parecen ser el sector minero, energía, infraestructura, alimentos y tecnología, y según los datos del Cepal, la Comisión Económica para América Latina, las relaciones comerciales entre China y Latinoamérica aumentaron 22 veces desde el 2000 hasta la actualidad. La desaceleración del crecimiento chino ha ido acompañado por un mayor impulso en la adquisición de colosos industriales en sectores estratégicos: desde la biotecnológica Syngenta, que fue a parar a manos de ChemChina por 43 mil millones de dólares, hasta el 60% de Pirelli, que compró la misma sociedad “solo” por 4.600 millones.

Tal vez es demasiado pronto para hablar de un giro estratégico en las relaciones de China con América Latina, pero desde 2013 hasta hoy el presidente de la República Popular China Xi Jinping y su primer ministro Li Li Keqiang viajaron once veces por lo menos a un Estado de la región. En los diez años anteriores fueron apenas trece. Los viajes aumentaron, y no se trata por cierto de simples visitas de cortesía.

Torna alla Home Page