EL CUARTO FUNERAL DE NERUDA. El primero fue después de su muerte, en septiembre de 1973, el segundo en mayo de 1974, el tercero en diciembre de 1992. Hoy los restos vuelven a la Isla Negra

La ceremonia fúnebre de 1974
La ceremonia fúnebre de 1974

Parece que no logran descansar en paz los restos mortales de Pablo Neruda, que serán sepultados por cuarta vez. El entierro, previsto para hoy martes 26 de abril, se efectuará en la casa de Isla Negra, donde el Premio Nobel de Literatura vivió durante muchos años  junto a su tercera esposa Matilde Urrutia y donde siempre dijo que quería  quedarse cuando hubiera terminado su camino terrenal. Los restos de Neruda han tenido una peregrinación penosa, determinada al principio por la situación política de la dictadura militar y en años más recientes por las dudas que subsistían sobre las verdaderas causas de su fallecimiento, que oficialmente fue a consecuencia de un cáncer de próstata el 23 de septiembre de 1973. La última exhumación se realizó el 8 de abril de 2013 para que se efectuaran análisis toxicológicos a fin de verificar la hipótesis de que el poeta había muerto por envenenamiento. Esta reconstrucción se apoyaba en las declaraciones de su chófer Manuel Araya y fue asumida por el Partido Comunista Chileno. A  dicha versión se sumó después uno de los herederos de Neruda, su sobrino Rodolfo Reyes Muñoz.

Los estudios efectuados por los especialistas de dos universidades (la University of North Carolina y la Universidad de Murcia) no arrojaron resultados positivos en este sentido, confirmando así la versión de la muerte por causas naturales que comparte también la Fundación Pablo Neruda (instituida por Matilde Urrutia) y el otro principal heredero de Neruda, el poeta Bernardo Reyes. Los defensores de la tesis del asesinato de Neruda, sin embargo, no se dieron por vencidos y volvieron a la carga, respaldados por un informe del Programa de Derechos Humanos del Ministerio del Interior chileno con fecha del 25 de marzo de 2015, que considera “altamente probable la intervención de terceros” en el deceso del poeta.

Cuando falleció, doce días después del golpe del general Augusto Pinochet, Neruda fue sepultado en el Cementerio General de Santiago, en presencia de una cuatrocientas personas. Al terminar la ceremonia los presentes entonaron “La Internacional”. Recordando aquel momento, la activista comunista Aída Figueroa afirmó que “El entierro de Neruda fue el primr acto político contra la dictadura”. Otro testigo del evento, el fotógrafo Marcelo Montecino (que había inmortalizado la ceremonia desafiando el miedo a las represalias de los militares), se refirió al mismo como “uno de los momentos más emocionantes de mi vida”. Pocos meses después, los Dittborn, que inicialmente había ofrecido recibirlo en el mausoleo de la familia (ante la imposibilidad de llevarlo a Isla Negra), le pidió a la viuda que trasladara los restos de su  marido, probablemente por miedo a las represalias de la dictadura. En efecto, como recordó el poeta Jaime Quezada, “Neruda era un enemigo muerto, pero vivo” y “cada visita (a su tumba) era un pequeño acto político”. Por eso el 7 de mayo de 1974 el cuerpo fue sepultado por segunda vez, tras  una breve ceremonia privada.

Hubo que esperar que terminara la dictadura para que el deseo de Nerudo de descansar en la Isla Negra pudiera finalmente cumplirse. El tercer entierro de los restos del poeta fue celebrado de manera especialmente solemne el 12 de diciembre de 1992, en presencia de tres mil personas, entre ellas diversas autoridades. Aquí volverán los restos de Neruda después de la últina exhumación, y se espera que sea defintivo pese a que la investigación sobre las causas reales de su muerte todavía no está oficialmente cerrada. Lo cierto es que los herederos del poeta, Rodolfo y Bernardo Reyes, no solo están enfrentados por sus opiniones sobre la causa de la muerte sino también por una cuestión penal referida a los derechos de autor. Por eso los sobrinos de Neruda han decidido organizar dos ceremonias dos días distintos (el 25 y el 26 de abril) para celebrar el regreso de  los restos de su tío a la Isla Negra. La primera, dispuesta por Rodolfo con la colaboración del Consejo de Cultura y el Partido Comunista, se llevará a cabo en el palacio del ex Congredo Nacional. La segunda, patrocinada por la Fundación Pablo Neruda, tendrá lugar en la Isla Negra, en presencia de las autoridades locales.

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