TERMINÓ UN MISTERIO QUE DURÓ TRES SIGLOS. Descubrieron el legendario galeón español San José, hundido por los ingleses en el Caribe: “El tesoro más grande de la historia de la humanidad”.

En el recuadro, tres de los 66 cañones del galeón San José. Foto Presidencia de Colombia |Composición de Emiliano I. Rodriguez
En el recuadro, tres de los 66 cañones del galeón San José. Foto Presidencia de Colombia |Composición de Emiliano I. Rodriguez

Ha inspirado novelas de escritores como García Márquez, originó controversias feroces entre empresas especializadas en la caza de tesoros sumergidos y gobiernos nacionales, hizo soñar y destrozó esperanzas de muchos historiadores y científicos, fue el tema de películas de éxito, y al final, el mítico galeón devolvió sus despojos averiados a la curiosidad voraz de los modernos. En su interior se encuentra nada menos que “el tesoro más grande de la historia de la humanidad”, como lo definió el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, distrayendo por un momento la atención de las negociaciones con las FARC.

El Jefe de Estado hizo el anuncio de la identificación de los restos de la soberbia nave española desde el lugar del hallazgo, las costas de Cartagena, donde la mítica nave fue identificada a fines de noviembre. Allí Santos proporcionó los detalles del descubrimiento, en el que participaron científicos colombianos y extranjeros, uno de los cuales era miembro de la expedición que encontró los restos del Titanic. Estudiando los vientos y las mareas de 307 años atrás, escarbando en los Archivos de las Indias y en los de diversas rutas navales del Caribe en busca de pistas, se logró dar con el San José. La prueba definitiva fueron los cañones de bronce que llevan grabadas figuras de delfines y se encontraron en el fondo del mar frente a las islas Corales del Rosario, un pequeño archipiélago de Cartagena.

 El director del Instituto Colombiano de Antropología e Historia acompañó al presidente de Colombia durante la conferencia de prensa. Ernesto Montenegro explicó que  ”la cantidad y el tipo de materiales no dejan ninguna duda de la identidad” de la embarcación, que reposa entre peces exóticos, recostada sobre uno de sus lados.

El galeón San José fue construido en 1698. En 1708 zarpó de Portobelo (Panamá) rumbo a Cartagena de Indias, con destino final España, acompañado por una flotilla de 20 naves. Las condiciones meteorológicas eran buenas, o por lo menos lo suficiente para que sus 66 cañones pudieran apuntar con precisión en el caso de que algún predador quisiera despojarlo de su valiosa carga: 11 millones de monedas de oro, aproximadamente 200 toneladas de plata, esmeraldas y otros minerales preciosos, y más de 600 personas a bordo. La historia cuenta que solo el capitán de la nave y el comandante de la guarnición de Cartagena conocían con exactitud en qué consistía la carga del galeón, cuyo cuaderno de bitácora se conserva hasta la actualidad en Sevilla, España.

A la altura de las Isla del Rosario la flota española se encontró con una escuadra de bandera inglesa comandada por el Almirante Wager. Comienza una batalla furiosa y despiadada. El galeón San José y el navío Expedition se enfrentaron y ante el asombro de los ingleses una fuerte explosión en  su interior mandó a pique al navío español. Eran cerca de las 5 de la tarde según los registros de Lyon, uno de los más renombrados historiadores navales contemporáneos.

El galeón y su carga, destinada a llenar las arcas del rey Felipe V en plena guerra de Sucesión, terminaron en el fondo del mar. Y allí permanecieron hasta nuestros días.

Para proteger el tesoro y los restos se han mantenido en secreto los datos exactos de la posición y de la carga, hasta que el navío sea llevado a la superficie y ubicado en el museo de Cartagena.

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