por Alver Metalli
Leopoldo José Brenes, neo-cardenal de Nicaragua, el segundo en la historia del país centroamericano gobernado por los sandinistas, habló sobre la «metodología muy especial» del Pontífice al referirse al anuncio de los nombres de los nuevos cardenales. «Generalmente se avisaba al candidato unos días antes, a través de la nunciatura, para que no lo agarrara por sorpresa, pero creo que a muchos de nosotros nos ha agarrado por sorpresa, porque sacó su anuncio desde el Vaticano, de la nunciatura no nos llegó ninguna notita previa».
Según admitió él mismo, lo supo temprano en la madrugada, «con el canto del gallo», gracias a un sacerdote que había escuchado un programa radiofónico. Pensó que era una broma, pero fue la primera de muchas llamadas telefónicas de felicitaciones, y no era posible que todos se hubieran puesto de acuerdo para burlarse de él. «Es una decisión del corazón del Papa», dijo al ser recibido por los periodistas que lo perseguían a su entrada a la catedral de Managua, en donde celebró una misa de agradecimiento. «Aquí no hay ninguna lista, no hay encuestas, él conoce a muchos obispos en el mundo», añadió.
Dom Orani Tempesta, por su parte, no tuvo ni siquiera el tiempo para modificar la tradicional columna que publica cada lunes en el “Jornal do Brasil”, que, de hecho, fue publicada con una meditación dedicada a San Sebastián, patrón de la ciudad de Río de Janeiro que se está preparando para las celebraciones de los 450 años de su fundación. Al final de la columna, la firma de siempre, “Dom Orani João Tempesta, cistercense y arzobispo de Río de Janeiro”. El nuevo cardenal brasileño se encontraba en la cima del Corcovado, al pie del célebre Cristo con los brazos abiertos sobre la ciudad, «quando o Papa anunciou meu nome» («cuando el Papa anunció mi nombre»). Después indicó que había sentido «un escalofrío en la espalda» cuando le indicaron que en la lista de los 19 nuevos cardenales estaba su nombre. Poco después de las 16.33 del domingo, la Cnbb actualizó su página web con la noticia, las felicitaciones de los obispos brasileños al neo-cardenal y el mensaje del secretario general dom Leonardo Ulrich Steiner, que recordó, entre las muchas responsabilidades que ha tenido dom Orani Tempesta, la de haber sido «anfitrión de la Jornada Mundial de la Juventud, asumida con dedicación y generosidad para acoger al Santo Padre y a miles de peregrinos de todas partes de Brasil y del mundo».
Leopoldo José Brenes
El más sorprendido fue el nuevo cardenal de Haití, Chibly Langlois, actual arzobispo de Les Cayes y presidente de la Conferencia episcopal haitiana. «Una bendición para el país», comentó inmediatamente e indicó la igual de sorprendente coincidencia de la propia designación con el día en el que hace cuatro años el terremoto sacudió la isla, dejando un saldo de 300 mil muertos y un millón y medio de desplazados.
El salesiano italo-chileno, Ricardo Ezzati (actual arzobispo de Santiago de Chile y presidente de la Conferencia episcopal nacional), también se enteró por la mañana al leer los periódicos e indicó que pretendía acercar a la Iglesia chilena a los valores de Papa Francisco. Después habló sobre su regreso a Chile tras el viaje a Roma durante el que recibirá el anillo cardenalicio, incidando que espera ser recibido con las características que ha demostrado el Papa, a quien no le gusta la ostencación.
En cambio, en el entorno del argentino Mario Aurelio Poli, otro religioso de orígenes italianos, el nombramiento se esperaba menos de lo que se podría pensar. Muchos, de hecho, consideraban que la púrpura no habría llegado a sus manos tan rápido y que el sucesor de Bergoglio en Buenos Aires habría tenido que esperar por lo menos un turno antes de recibir el honor cardenalicio.
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