Las notas de la famosa “Misa Criolla” resonarán en la Basílica de San Pedro el próximo 12 de diciembre para la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe. La obra de Ariel Ramírez –una original combinación de música religiosa y folklórica para coro, trío vocal e instrumentos andinos- vuelve al Vaticano cincuenta años después de haber sido compuesta. Estará dirigida, durante la misa oficiada por el Papa para celebrar la fiesta de la patrona de América Latina, por el hijo del compositor argentino, Facundo. “Un pajarito me contó que el Papa es un apasionado de la Misa Criolla. Para él también será una emoción muy grande”
¿Y para usted?
Una emoción doble, porque este evento se produce exactamente cincuenta años después de que se compuso la Misa, en 1964. Aquel año mi padre estuvo en el Vaticano para entregarle un ejemplar del disco a Pablo VI. Medio siglo después se repite conmigo, y esta vez con un Papa argentino… ¡es increíble!
¿Y la segunda emoción?
Desde el punto de vista extrictamente musical, la Misa Criolla es una de las grandes obras –si no la mayor- de la música argentina de todos los tiempos, y yo, como músico y como intérprete, podré vivir la emoción de interpretarla en un marco como el de San Pedro. El 12 de diciembre será un día inolvidable, no solamente para nosotros que la haremos resonar, sino también para todo el pueblo argentino. Es una obra tan admirada y tan conocida en todas partes del mundo que las personas que compraron aquel disco de 1964 (que ganó los discos de oro y de platino, ndr) sentirán la misma emoción que nosotros.
¿Cuando su padre viajó en 1964 también interpretó la Misa en San Pedro?
No, recién diez años después dio un concierto en la Sala de Nervi, en 1974. En 1964, debido a la admiración que había provocado la obra en el mundo entero, fue recibido en una audiencia por Pablo VI.
Patricia Sosa –elegida para cantar la misa el 12 de diciembre- me dijo que ella no cree en las casualidades, que el destino ha querido que ustedes volvieran a presentar la Misa Criolla en el Vaticano y con un Papa argentino…
Patricia fue una gran amiga de mi padre, siente una admiración y un amor inmenso por su obra. Papá la quería mucho. Habrá un ingrediente de amor y de afecto muy grandes en esta ejecución. Junto con nosotros vendrán también dos intérpretes que viajaron por todo el mundo con mi padre: el charanguista Rodolfo Ruiz y el aerofonista Tukuta Gordillo, ambos originarios de la ciudad de Tilcara (en la región del noroeste argentino que limita con Bolivia ndr).
¿Cómo han preparado el concierto? ¿Harán algo especial, considerando la ocasión?
No será un concierto tradicional; interpretaremos la Misa en el marco de la misa propiamente dicha, celebrada por Francisco. Y durante el rezo rosario, con el solista Claudio Sosa, (sobrino de Mercedes Sosa) interpretaremos también dos “villancicos” (cantos populares navideños, ndr) de la obra “Navidad nuestra”, que estaban incluidos en el lado B del disco de la “Misa Criolla” junto con el tema “La peregrinación”, muy conocido en todo el mundo. Bien, Claudio interpretará estos dos villancicos, como una forma de tener junto con nosotros a Mercedes Sosa, con todo lo que ella y su voz han significado para la música argentina y en el mundo.
¿Alguna vez tuvo la oportunidad de hablar con Bergoglio? ¿Ya lo conocía?
No, no conocía a Bergoglio… pero voy a conocer a Francisco (ríe). Estoy esperando ese encuentro. Es muy importante lo que él está haciendo, es un hombre muy querido. Me siento feliz de poder conocerlo, me parece realmente fantástico. Muchas veces la vida nos reserva sorpresas increíbles: yo vivo muy cerca de la Catedral Metropolitana, aquí en Buenos Aires, y sin embargo voy a conocer a Francisco en Roma, ¡a trece mil kilómetros de mi casa! Yo sé que él es un admirador de la Misa Criolla, es una obra que quiere mucho, que admira, y sé que le gusta mucho.
Como argentino…
… y como Papa. Si es importante en el mundo, imagine lo que puede representar para nosotros, los argentinos. Para nosotros la Misa es una bandera, es una combinación del lenguaje popular con lo más elevado de la música clásica. Es una obra de una inspiración, musical y religiosa, única. Además, la misma historia de la Misa es formidable: mi padre concibió la idea cuando conoció a dos religiosas alemanas que ayudaban a los prisioneros de un campo de concentración, llevándoles alimentos a escondidas. La obra está dedicada a ellas, a las dos hermanitas, nació como un acto de agradecimiento y un acto de fe, de fe en la condición humana.
¿Qué idea tiene usted personalmente del Papa y del proceso de cambio que está llevando adelante?
Bueno, él está dando un paso significativo, que no es fácil. Los cambios nunca son fáciles, requieren esfuerzo, abrirse a algo nuevo, y lo desconocido siempre produce miedo.
En ese sentido, la gente espera mucho de él.
Y él tiene que saber que puede contar con nuestro apoyo, para que pueda tener el valor de llegar todavía mucho más lejos. Creo que él percibe la gran aceptación y el gran amor que lo rodea y es importante, porque debe saber que no estará solo para llevar adelante todas las reformas que el pueblo cristiano (y los que no lo son) está esperando.
¿No serán excesivas todas estas expectativas?
Sé que es pedir mucho en tan poco tiempo, pero a nuestro querido Francisco queremos pedirle más todavía. Más a favor de todas las personas de buena fe y de buena voluntad que cada mañana se levantan para ir a trabajar, para sostener la familia, los hijos… En fin, todas las personas buenas, todos los que queremos vivir en un mundo mejor, que aspiramos a que todos los seres humanos vivan con igualdad de derechos y de oportunidades. Yo creo que Francisco advierte y comprende eso.