La prensa brasileña está dando mucho relieve y visibilidad a la noticia, amarga y dolorosa si fuera completamente cierta, que confirma algo increíble, inédito y grave, ocurrido ayer miércoles 17 de octubre y que involucra directamente al arzobispo de Río de Janeiro, cardenal Orani Tempesta, de 68 años, creado cardenal por el Papa Francisco el 22 de febrero de 2014.
Ayer, según la prensa brasileña, el cardenal recibió en el arzobispado la visita del candidato presidencial Jair Bolsonaro, quien posteriormente declaró a los periodistas – en presencia del mismo cardenal – que en el encuentro se habría firmado un compromiso en favor de la vida y la familia, compromiso que a la luz del momento político que vive el país resulta claramente de naturaleza propagandística y electoral. En consecuencia, sorprende que el purpurado no haya tenido ninguna reacción inmediata. En el video, por lo menos el que ha distribuido el comité electoral de Bolsonaro, no se observa que el cardenal Tempesta haya hecho ninguna aclaración.
El candidato a la presidencia de Brasil, conocido en el país y en el mundo como un peligroso extremista de derecha, abiertamente filofascista e incluso nostálgico del fascismo, razista y homófobo, entusiasta partidario de la política que pretende abrir la Amazonia a los capitales extranjeros, en las últimas horas se refirió reiteradamente a la firma de dicho acuerdo.
Bolsonaro ha sido también un violento anticatólico, si bien hoy hace todo lo posible para ocultar su pasado y mostrarse como un hombre de fe, respetuoso del magisterio de la Iglesia. Es por eso que Bolsonaro no recuerda, o simula no recordar, lo que dijo en el pasado sobre los obispos brasileños, que en su opinión siempre fueron cómplices del comunismo latinoamericano.
Resulta increíble que el cardenal Tempesta haya pasado por alto todo eso. Aparentemente, en cambio, el purpurado ha descubierto la necesidad, para la Iglesia brasileña, de suscribir un acuerdo con este político en defensa de la familia y contra el aborto. ¿Orani Tempesta piensa que la vida y la familia se defienden con el apoyo de alguien que propone ejecutar sin juicio previo a los traficantes de droga, quiere mandar al Ejército a las favelas más violentas y apoya el restablecimiento de la pena de muerte?
Según las declaraciones que hizo Bolsonaro, con el cardenal Tempesta a su lado y sin decir una sola palabra, el acuerdo compromete a los firmantes de manera formal y aparentemente oficial: “Firmamos un compromiso en defensa de la familia, en defensa de la inocencia de la infancia en las escuelas, en defensa de la libertad religiosa, en contra del aborto y de la legalización de las drogas”.
Eso fue lo que dijo Bolsonaro. La prensa local no refiere palabras del cardenal Tempesta. La arquidiócesis no ha publicado ninguna aclaración. Se espera una respuesta del cardenal Tempesta, porque no hay ninguna duda de que la Iglesia puede y debe defender la vida y la familia, luchar contra el aborto y la producción, tráfico y consumo de drogas, sin “aliarse” con esta clase de políticos latinoamericanos.