Precisamente México, con sus inmensas metrópolis, será la sede, dentro de pocos días, del Primer Congreso Continental de Pastoral Urbana. El evento se llevará a cabo del 9 al 12 de octubre en la ciudad de Guadalajara, la segunda urbe más poblada después de Ciudad de México con sus 25 millones de habitantes. Guadalajara, que ronda los cinco millones y es la capital del estado de Jalisco, al oeste de México, fue el epicentro de la sublevación católica conocida como “Cristiada”, cuya fase bélica más álgida tuvo lugar entre 1926 y 1929.
El comunicado que anuncia el congreso señala que el objetivo del encuentro es tomar conciencia del “cambio de mentalidad” que se ha producido en las poblaciones que viven en grandes aglomerados y la necesidad de anunciar el Evangelio con lenguajes y signos adecuados al cambio incluso antropológico que caracteriza al hombre urbano.
Vuelve a la memoria una observación que hizo Bergoglio en 2010 y repitió en diversas oportunidades siendo Papa: “Hace poco le señalaba a un periodista italiano que nuestros sociólogos de la religión nos informan que la zona de influencia de una parroquia es de seiscientos metros a la redonda. En Buenos Aires, la distancia entre una parroquia y otra es, ordinariamente, de alrededor de dos mil metros”. No se trata de una mera referencia académica, no para Bergoglio, que de allí deduce la necesidad de salir, de ir en busca de la gente, de llegar tan lejos como se encuentra y convocarla a ese particular tipo de sociabilidad que es la Iglesia
El concepto de “Iglesia en salida”, tan repetido por el Papa Francisco desde el momento en que se asomó vestido de blanco al balcón de San Pedro, Bergoglio lo expresaba con una imagen eficaz, tomada de un sacerdote amigo, en una de las raras entrevistas que concedió durante sus años como arzobispo de la capital argentina. “Una vez me decía un sacerdote muy sabio”, cuenta en la entrevista a Rubín-Ambrogetti con una chispa de ironía, “que estamos frente a una situación totalmente opuesta a la que plantea la parábola del Buen Pastor, que tenía noventa y nueve ovejas en el corral y fue a buscar la única que se perdió: tenemos una en el corral y noventa y nueve que no vamos a buscar». La conclusión se resumía en estos términos: «Creo sinceramente que la opción básica de la Iglesia, en la actualidad, no es disminuir o quitar prescripciones, o hacer más fácil esto o aquello, sino salir a la calle a buscar a la gente, a conocer a las personas por su nombre”
De la misma manera, el texto de presentación del encuentro continental que se llevará a cabo en México en el mes de octubre refleja la conciencia de que “estamos viviendo una nueva época, con nuevos paradigmas y nuevas realidades, y la Iglesia necesita ponerse al día frente a estos cambios y esta necesidad urgente de responder con una evangelización más efectiva y más profunda en la gran ciudad”.
Las grandes ciudades viven una pluralidad cultural que ha traído como consecuencia que el catolicismo “quede un tanto excluido” y que su mensaje “se diluya”, observa una nota de presentación publicada en la página de la Arquidiócesis de Ciudad de México. “Y eso reta completamente a la Iglesia, porque estaba acostumbrada a que los fieles en general tenían muy clara la idea de cielo e infierno, de respetar a Dios y de ir a la Iglesia como un camino de salvación”. Hoy las cosas han cambiado, “la gran mayoría de los habitantes de una urbe ya no entiende ni acepta este tipo de lenguaje”.
El Encuentro continental que se inaugura dentro de pocos días, titulado “La alegría del Evangelio para las grandes ciudades”, se desarrollará en la Universidad del Valle de Atemajac, Guadalajara, y contará con la participación de representantes de las principales metrópolis del continente americano así como de otras ciudades del mundo. Se ha confirmado la intervención del cardenal Lluís Martínez Sistach, arzobispo emérito de Barcelona y promotor de la pastoral urbana en el mundo, la del cardenal de Guadalajara, Francisco Robles Ortega, y del arzobispo de Monterrey, Rogelio Cabrera López, entre otros.