Para dimitir del estado clerical al chileno Fernando Karadima fueron necesarios siete años. Ahora, para adoptar idéntica decisión con respecto al “Karadima de Ecuador”, el padre César Cordero Moscoso, hicieron falta solo 10 meses. Si esa será la manera de actuar en el futuro frente a decenas de casos similares en todo el mundo y no pocos en Latinoamérica, quiere decir que verdaderamente la Sede Apostólica ha acelerado sus tiempos y solo puede redundar en mayor prestigio y credibilidad en el campo de la lucha y prevención de la pedofilia clerical. La noticia llega de Ecuador donde, desde hace meses, se están dando a conocer numerosos casos de abusos sexuales contra menores en diversas escuelas de la Iglesia católica local.
La arquidiócesis de Cuenca, Ecuador, ha publicado un Comunicado oficial en el cual informa que el proceso canónico en contra del ex sacerdote Cordero Moscoso, de 91 años, por numerosos casos de abusos sexuales contra menores y personas vulnerables en las últimas cinco décadas, ha concluido con una sentencia que lo declara “culpable”. Por lo tanto el presbítero ha sido expulsado inmediatamente del estado clerical “de manera permanente y perpetua en el tiempo”. El proceso contra Cordero Moscoso, un sacerdote muy famoso en Ecuador, fundador y administrador de numerosas instituciones educativas de distinto nivel, comenzó el pasado mes de enero. El ex sacerdote había sido denunciado y acusado públicamente el 3 de noviembre de 2017 cuando estaba por llevarse a cabo una ceremonia oficial en la cual recibió un reconocimiento del Estado ecuatoriano por méritos en el campo de la educación y formación de las jóvenes generaciones. Después de esa primera denuncia, de Jorge Palacios, llegaron otras, numerosas, creíbles y en algunos casos con pruebas irrefutables.
César Augusto Cordero Moscoso (7 de junio de 1927, Cuenca, Ecuador) es el fundador de la Universidad Católica de Cuenca (1970), de decenas de escuelas y también de algunos medios de información católicos. Cabe recordar que la primera acusación contra Cordero Moscoso, del mismo Jorge Palacios, fue presentada en 2010, pero tanto la justicia civil como la canónica consideraron que no había elementos suficientes para abrir un proceso, sumado al hecho de que el sacerdote, famoso y respetado, es nieto del poeta y ex Presidente de la República Luis Cordero Crespo.
Tiempo atrás el Vaticano abrió su propia investigación enviando a Cuenca al sacerdote español Jorge Ortiz de Lazcano, experto en materia de abusos y vicario de la arquidiócesis de Santiago de Chile para las cuestiones jurídicas, quien fue el primero que investigó en Chile, país donde reside, las denuncias contra Fernando Karadima.