El gobierno del presidente Trump está dispuesto a transferir al gobierno mexicano del nuevo presidente López Obrador 20 millones de dólares provenientes de los fondos de asistencia al extranjero. La condición es que el país limítrofe los utilice para financiar el traslado y los procedimientos de deportación de por lo menos 17.000 personas que se encuentran ilegalmente en su territorio.
La propuesta – que fue anticipada por New York Times – fue precedida por reiteradas afirmaciones de Trump, a lo largo de dos años, de que construirá un “gran muro” en la frontera sur de su país y que este será pagado por México. La intención de la administración estadounidense es que dicha estrategia sirva para frenar los flujos migratorios que llegan a Estados Unidos a través de la zona limítrofe meridional, donde solo el pasado mes de agosto se detuvo un 38% más de familias.
El proyecto propone aportar a México los recursos económicos necesarios para llevar a cabo la deportación de los inmigrantes que se encuentran en su territorio, que en muchos casos se utiliza como zona de tránsito para ingresar a Estados Unidos.
El informe publicado por New York Times muestra también los esfuerzos de la administración Trump para convencer a México de que acepte actuar como filtro de la inmigración a Estados Unidos bajo el estatus de “tercer país seguro”. En este esquema, al que México se ha opuesto hasta el momento, las autoridades migratorias mexicanas se encargarían de tramitar las peticiones de asilo de los inmigrantes centroamericanos que transiten por su territorio, lo que generaría una situación que muy difícilmente podrían controlar dichas autoridades.