La Asamblea Plenaria Extraordinaria N° 116 de los 32 obispos de Chile concluyó ayer con un documento extenso y articulado, centrado naturalmente en la grave crisis del catolicismo chileno, de la jerarquía y de la comunión eclesial. En el artículo sobre la declaración conclusiva – “Decisiones y Compromisos” – que presentaron a los periodistas el Presidente de la Conferencia Episcopal Mons. Santiago Silva y Mons. Fernando Ramos, Secretario y recientemente nombrado Administrador Apostólico de Rancagua, se afirma: “Los obispos reconocieron haber fallado a su deber de pastores en los casos de abuso sexual a menores y dieron a conocer decisiones y compromisos de corto y mediano plazo para alcanzar verdad, justicia y reparación a las víctimas”.
Fracaso: errores, subestimaciones, superficialidad. “Queremos reconocer humildemente – dicen los prelados en el documento – que hemos fallado a nuestro deber de pastores al no escuchar, creer, atender o acompañar a las víctimas de graves pecados e injusticias cometidas por sacerdotes y religiosos. A veces no reaccionamos a tiempo ante los dolorosos abusos sexuales, de poder y de autoridad y, por ello, pedimos perdón en primer lugar a las víctimas y sobrevivientes”.
Los obispos declaran su sincero arrepentimiento ante “quienes han acompañado a las víctimas, a sus familias, a quienes han realizado responsablemente esfuerzos por buscar la verdad, la justicia, la reparación y la purificación, y a los cientos de consagrados y laicos que diariamente dan testimonio del amor, la misericordia y la redención de Cristo y que se ven afectados en su ministerio por causa de los errores, pecados y delitos cometidos”.
Admiten luego abiertamente que no siempre supieron acoger, ni ellos ni en sus diócesis, las orientaciones del Consejo Nacional de Prevención para abordar los casos de abuso sexual, y agregan: “Nuestras faltas u omisiones han causado dolor y perplejidad, han afectado la comunión eclesial y han dificultado la conversión y minado la esperanza”. En seguida los 32 obispos observan: “De ningún modo hemos querido causar ni agravar el daño producido, pero, mirado en una perspectiva del tiempo, algunos de nosotros pudimos ser más activos y atentos al dolor sufrido por las víctimas, familiares y la comunidad eclesial”.
Las 9 decisiones. A continuación enumeran las 9 importantes decisiones que se han tomado en el ámbito del drama de los abusos en la Iglesia chilena, casi todas destinadas a reforzar, agilizar y hacer más eficiente el Protocolo para la prevención de abusos, la denuncia, la investigación, la transparencia con los medios de comunicación y la opinión pública y la apertura de algunos archivos de denuncias (con las debidas precauciones sobre la privacidad). Además, los prelados comunican dos decisiones significativas: el nombramiento de la abogada Ana María Celis Brunet como Presidente del Consejo Nacional de Prevención de Abusos y Acompañamiento de Víctimas, relevando al obispo Juan Ignacio González de San Bernardo, quien ocupaba el cargo de manera interina desde la renuncia de Mons. A Goic. También se crea oficialmente un estratégico Departamento de Prevención de Abusos para ejecutar las orientaciones del Consejo Nacional, cuya directora ejecutiva será otra mujer, Pilar Ramírez Rodríguez.
Los 6 compromisos. La declaración concluye con la enumeración y descripción de 6 “Compromisos” solemnes de la Conferencia Episcopal. El quinto de ellos dice textualmente: “Acogiendo el llamado del Papa, nos comprometemos a promover intensamente la participación de laicos y laicas en instancias eclesiales generando ambientes de sinceridad, franqueza y crítica constructiva junto a los consagrados, en una experiencia comunitaria como pueblo de Dios”.