De todos los secuestrados, que fueron muchos en los cincuenta años que duró el conflicto colombiano, ella es – muy a pesar suyo – la más famosa. Hija de un ex ministro de Educación y de una ex senadora, madre a su vez de dos hijos, política y candidata a la presidencia de la República hasta el 22 de febrero de 2002, cuando las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) la secuestraron durante una gira electoral, para liberarla más de seis años después, el 2 de julio de 2008. Años de silencio, de dolor, de muerte alrededor suyo. Después, el comienzo de proceso de paz y, finalmente los acuerdos firmados en noviembre de 2016 y la trabajosa aplicación del dispositivo que debe llevarlos a la práctica, que en modo alguno ha concluido. Las ex Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) han cumplido más que el gobierno del presidente Juan Manuel Santos para concretarlos, declaró Ingrid Betancourt en estos días en que ha regresado a Colombia. “Pero el gobierno ha hecho todo lo posible. Lo que ocurre es que hay un problema de tiempos y de realidades económicas. Pero lo que sí siento es que hay una genuina y honesta intención de cumplir de parte y parte. Y que por eso el proceso sigue en pie”, dijo la ex rehén de las ex FARC durante una entrevista a la revista colombiana Semana.
La ex candidata a la presidencia se encuentra de visita en Bogotá para participar en diversos coloquios sobre guerra, paz, justicia-verdad-resarcimiento a las víctimas de la guerra. Con respecto a las dificultades que atraviesa el proceso de paz, Ingrid Betancourt no es pesimista: “No hay una paz ideal y cada quien piensa distinto sobre lo que esa paz significa. Pero lo ideal no es tampoco lo posible. Por eso, tenemos que pensar cuál es la mejor paz para Colombia dentro de lo posible”. Considera que la elección presidencial que se celebrará el 27 de mayo será precisamente “sobre eso, sobre cuáles son los ajustes que se tienen que hacer”. En su opinión, es “muy importante llamar a las víctimas. Creo que en este punto se puede mejorar lo que hay, Creo que la verdad tiene que ser un debate que nos importa a todos. Y esa discusión no se puede dar a puerta cerrada”.
Betancourt, quien a su vez también es una de las víctimas de la guerra en Colombia con mayor visibilidad internacional, no ha excluido la posibilidad de participar en las diligencias de la Jurisdicción Especial para la paz (JEP), el organismo previsto por los Acuerdos para dejar en claro las verdades de la guerra. “Creo”, declaró la ex secuestrada, “que en mi caso hay cosas que se tienen que saber porque se reconstruyeron los hechos a conveniencia de criterios políticos del momento y yo nunca tuve la oportunidad de relatar esos hechos como yo los viví. Es importante para que Colombia, en el caso mío y en el caso de muchas otras víctimas, pueda revisar no las emociones, no las perspectivas, no las sensaciones, sino lo que pasó realmente. A partir de ahí que cada cual saque sus conclusiones. Creo que eso es algo que se le debe al país y se le debe a las víctimas”.
Ingrid Betancourt tampoco ha excluido la posibilidad de ser vocero de las víctimas del conflicto ante el Congreso de Colombia, en el caso de una hipotética representación ante el cuerpo legislativo prevista por los Acuerdos de paz. En la entrevista a Semana habló también sobre los riesgos que podrían correr los Acuerdos con un eventual triunfo del candidato de derecha, Iván Duque, para la presidencia de Colombia: “Si hay un riesgo de que eso signifique acabar con el proceso de paz, me parece grave. Pero creo que estamos todos de acuerdo en que no hay reversa, y que lo que queremos es mejorar lo que hay. Entonces, creo que si hay cambios esto tiene que enmarcarse en un diálogo y un respeto frente a lo que ya se ha hecho. Yo también creo que se necesitan esos cambios. Pero creo que esos cambios no pueden ser para alimentar el odio y la venganza. Nadie quisiera que el país volviera a los años negros donde les cortaban la cabeza a las personas por pensar diferente y jugaban al fútbol con ellas”.
Cuando le preguntaron sobre la escasa popularidad que tiene el gobierno de Juan Manuel Santos al terminar su mandato, Betancourt respondió: “Yo creo que cuando pasen los años y pasen los siglos en la historia de Colombia va a quedar un nombre, Juan Manuel Santos, el hombre que firmó la paz. Eso es algo que no debemos menospreciar y que no debemos olvidar”.