Aunque algunos ya están en Europa, la mayoría de los obispos chilenos que deben encontrarse en Italia entre el lunes 14 y el jueves 17 de mayo porque fueron convocados al Vaticano por el Papa Francisco, con su ya famosa carta al Episcopado de Chile del 8 de abril pasado, partirán de su país dentro de 48 horas. Como reiteradamente insiste la prensa en estas semanas, la carta del Papa fue lo que “abrió el debate” – de manera suave pero dramática – sobre la grave crisis y declinación de esta Iglesia particular, una de las más luminosas y de amplias miras de América Latina en décadas pasadas. Esta crisis será el tema central de los encuentros de los próximos días en el Vaticano
Este jueves comienza el desplazamiento de una buena parte de los prelados hacia Italia. En el cierre del domingo estarán presentes en Roma 31 de los 32 obispos actualmente activos. Mons. Andrés Arteaga (59 años), uno de los Auxiliares de Santiago, que formaba parte de la Pía Fraternidad Sacerdotal del padre Fernando Karadima (junto con otros tres obispos) no puede viajar porque se encuentra gravemente enfermo desde hace algunos años.
Por ahora no se conocen nombres de obispos eméritos – actualmente son 19 – que participarán en los encuentros con los colaboradores cercanos del Santo Padre y con el mismo Pontífice, que según la hipótesis más plausible podría entrevistarse con el Episcopado en pleno el martes 15. Se cree que son pocos los eméritos que concurrirán al Vaticano, probablemente dos o tres. La mayoría de los obispos jubilados son muy ancianos y no gozan de buena salud. Entre ellos se encuentra incluso el más anciano del mundo: Mons. Bernardino Piñera, de 103 años, tío del Presidente de la República electo hace pocos meses. Por ahora en Santiago, en los ambientes eclesiales, están seguros de la presencia del ex arzobispo de la capital, miembro del C9, cardenal Francisco Javier Errázuriz (86 años), que se encuentra en el centro de las críticas desde hace muchos años porque supuestamente su comportamiento no fue correcto en el caso Karadima. Concretamente se lo acusa, junto con el otro cardenal y actual arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, de haber ocultado los abusos del sacerdote pedófilo serial, así como de haber cubierto también las responsabilidades del obispo Juan Barros y otros prelados, discípulos de Karadima. Es probable, pero la indiscreción no ha sido confirmada, que esté presente asimismo el tercer cardenal chileno, Jorge Medina, de 92 años.
Casi todos los obispos, que deben pagar personalmente sus gastos, se alojarán en la Casa Santa Marta, en el Pensionado Romano (Via della Traspontina) o en la Casa Internacional del Clero (Via della Scrofa). Algunos, cuatro o cinco, eligieron las casas de algunas Curias generalicias de institutos religiosos, casi siempre ubicadas en la Via Aurelia de Roma. Todos aceptaron la sugerencia de alojarse cerca del Vaticano debido a que, por ahora, el programa de las entrevistas es muy general y recién en los próximos días se detallará con mayor precisión. Según lo que se dice en Chile, los obispos no consideran oportuno hablar con la prensa antes de que terminen los encuentros y en consecuencia el trabajo de la prensa no será sencillo. Lo más probable es que se emita un comunicado conclusivo.
La presencia en pleno del Episcopado chileno en el Vaticano junto al Pontífice es un hecho raro, bastante insólito y probablemente único. En los últimos 15 meses este Episcopado fue recibido 4 veces por el Papa: dos en febrero de 2017 durante la Visita ad Limina Apostolorum; luego el 18 de enero en Santiago de Chile, en la Sacristía de la catedral, y ahora, dentro de pocos días, en el Vaticano, en la Casa Santa Marta.