EL ROMERO DE GUATEMALA. Hace veinte años fue asesinado el obispo guatemalteco Juan Gerardi, defensor de los derechos humanos

Murales con Romero y Gerardi
Murales con Romero y Gerardi

Hace exactamente veinte años, el 26 de abril de 1998, 54 horas después de haber publicado el Informe interdiocesano sobre las violaciones de derechos humanos entre 1960 y 1996, elaborado bajo su dirección, el obispo auxiliar de Ciudad de Guatemala fue salvajemente asesinado. Mons. Juan Gerardi comprometió los últimos años de su vida sacerdotal y pastoral en las investigaciones y elaboración del Informe (4 volúmenes) conocido como “Recuperación de la Memoria Histórica / REHMI, Guatemala Nunca Más” que documenta más de 55.000 casos de graves violaciones de los derechos humanos en el país centroamericano durante los 36 años de guerra interna, atribuibles en gran parte al Ejército pero también a la guerrilla (Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca – URNG).

La guerra interna en Guatemala, donde perdieron la vida más de 200.000 guatemaltecos, numerosos extranjeros, sacerdotes y catequistas laicos, terminó formalmente el 29 de diciembre de 1996 con la firma de los Acuerdos de paz negociados con el asesoramiento de la ONU.

Mons. Gerardi fue asesinado en el garaje de la iglesia de San Sebastián, a pocos metros del Palacio presidencial. Dos militares, Byron Lima Estrada y su hijo Byron Lima Oliva, y un sacerdote, Mario Orantes, fueron acusados del horrendo crimen, procesados y condenados a 20 años de cárcel. Lima Estrada y Orantes recuperaron su libertad hace pocos días en base a la ley sobre la “redención de penas”. El tercero sigue en la cárcel porque, según la Justicia, habría falsificado algunos documentos presentados para obtener la libertad por buena conducta. Los verdaderos mandantes del asesinato de monseñor Gerardi nunca fueron identificados.

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