Cuando acaba de asumir como presidente Miguel Díaz Canel, sucediendo a Raúl Castro, abre sus puertas en Cuba un nuevo proyecto asistencial de la comunidad católica de la Isla. Se trata de un alojamiento para personas de escasos recursos que viven en localidades del interior de la isla y deben viajar a la capital La Habana para recibir tratamientos médicos que no se realizan en sus lugares de origen. En muchas oportunidades esta circunstancia se convierte en un calvario no solo para el enfermo sino también para las personas que lo acompañan.
El alojamiento, denominado Casa Betania, operará para todas las diócesis de Cuba; fue impulsado por el arzobispo Juan de la Caridad García y pudo concretarse gracias al apoyo de la organización benéfica Mensajeros de la Paz. Según la información proporcionada por la diócesis de La Habana que publica la revista Palabra Nueva, la Casa Betania “dará acogida a los hermanos que necesiten hospedaje y alimento (sin costo) al llegar a La Habana con la finalidad de recibir tratamientos médicos”.
El lugar físico donde funcionará la Casa Betania es la casa parroquial de la iglesia Santa Catalina de Siena, situada en el Vedado, en la esquina de 25 y Paseo. “Se ha escogido este lugar”, explica la revista Palabra Nueva, “no solo por la disponibilidad del inmueble sino por su situación geográfica, ya que muy cercanos a la parroquia hay varios hospitales y es conocido el calvario que viven muchos que vienen de lejos a ellos cuando no tienen donde quedarse y la estancia es prolongada.
En esta casa, especifica la revista cubana, “se le dará techo y comida tanto al enfermo como al acompañante o si un enfermo está ingresado y es solo quien lo acompaña quien necesita ser atendido también lo será. Este servicio” sigue diciendo Palabra Nueva, “está dirigido a todo el que lo necesite, […], no sólo miembros de alguna comunidad cristiana sino para todos”.
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