Quince mil quilómetros en línea recta, pero seguramente serán más con las desviaciones y retrocesos que impondrá la topografía a los caminantes, para afirmar que los niños deben ser respetados, protegidos, ayudados a crecer, preservados de la violencia y de todo tipo de explotación. La idea, sin duda original, es de la Iglesia latinoamericana representada por su organismo central, el Celam, con sede en Bogotá, Colombia, y ha recibido el apoyo de una gran cantidad de instituciones del mundo globalizado, como World Visión América Latina y la pastorale da Criança Internacional de Brasil, así como también de Caritas América Latina, la Federación Internacional Fe y Alegría, la Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica (Aler), Sembradores de Paz e Infancia Misionera de Colombia. A su vez, todas ellas son organizaciones cuya vocación y finalidad es proteger la infancia latinoamericana de los ataques que sufre en forma creciente, o por lo menos intentan hacerlo, visto las cifras espeluznantes que reflejan las consecuencias en los más pequeños de la pobreza y la maldad de la naturaleza humana, que los compra y vende como una mercancía.
Los organizadores le pusieron nombre a la gran marcha que arrancará en junio en el norte del continente, Huellas de Ternura. Son las huellas que la columna de caminantes se propone dejar a lo largo de su recorrido, una lluvia de mensajes a través de todo tipo de medios de comunicación, grandes y pequeños, encuentros, actividades lúdicas con los niños de las localidades que encuentren a su paso, eventos deportivos, conferencias, muestras fotográficas, festivales de cine, conciertos y cualquier otro recurso que la creatividad de los comités nacionales quieran aportar.
La caminata “Huellas de Ternura” – comunica el Celam – «es una acción de movilización social de carácter ecuménico, enmarcada en la Campaña “Necesitamos a Todo el Mundo: Cero Violencia, 100% Ternura”, […] con miras a sensibilizar a las personas en las familias, escuelas e iglesias respecto al flagelo de la violencia contra la niñez en todas sus manifestaciones, proponiendo la Ternura como modelo de crianza y cuidados».
Se puede agregar, para completar la información, que el Papa se encuentra al corriente de la iniciativa y que en el mes de agosto de 2017 los presidentes y secretarios ejecutivos de las 22 Caritas del continente suscribieron el “Pacto de la Ternura” al concluir un encuentro general que se llevó a cabo en el país del beato Romero, El Salvador.
La caravana que dará comienzo a la caminata se concentrará el jueves 8 de junio en un punto de la frontera entre la ciudad mexicana de Tijuana y la estadounidense de San Diego. Desde allí, cruzará todo México hasta el límite con Guatemala, en cuyo territorio ingresará el 24 del mismo mes, y así sucesivamente, pasando por Honduras, Nicaragua y El Salvador , donde está previsto que cruce la frontera el 12 de agosto en dirección a Costa Rica, Panamá, Puerto Rico, Cuba, Haití y República Dominicana. El paso hacia América del Sur está previsto para fines de enero de 2019, donde la caminata atravesará Venezuela, Colombia, Ecuador, Bolivia y Perú. La entrada a Brasil, la otra mitad del continente, será a principios de abril y después se dirigirá hacia la Patagonia argentina, en el extremo sur, pasando por Paraguay, Uruguay y Chile. La llegada a la legendaria Tierra del Fuego se ha previsto para comienzos de junio, vale decir exactamente un año después de haber comenzado. Si todo procede según los planes, si los caminantes reúnen los fondos necesarios para completar los sucesivos segmentos del larguísimo recorrido, si no hay incidentes graves y si al concluir los encuentros – como se supone – las autoridades de los diversos países que atraviesan quieren colaborar con los que participan de la caminata.
En la planificación, los organizadores han asignado a cada país 15 días de permanencia, al finalizar los cuales un “embajador de la ternura” viajará al país siguiente para anunciar la llegada de la misión. El embajador de la ternura – explican los organizadores – debe ser “una personalidad pública del ámbito artístico, cultural, eclesial, social, educativo, deportivo o político, con un perfil y modo de vida ejemplarizantes”.