“Ser el primer Sumo Pontífice latinoamericano no es lo que más identifica al argentino José Mario Bergoglio, el Papa Francisco de los católicos. Ahora que se cumplen cinco años de su papado, desde el reposo que permite el tiempo a las ideas, puede decirse que a Su Santidad lo caracterizan la espontaneidad y la intensa proyección hacia los más desposeídos”. Así comienza el homenaje que el diario del Partido Comunista de Cuba le dedica al Papa Francisco al cumplir cinco años de pontificado. Con inusual relevancia en primera página, Granma señala a continuación los cinco momentos que considera claves, entre los muchos que llenan las crónicas de estos años.
PRIMERO: 13 de marzo de 2013: El papa 266 inició su gestión eligiendo un nombre de santo, y el que eligió fue Francisco, pobre entre los pobres. «Cómo me gustaría una Iglesia pobre y para los pobres», expresó durante su comparecencia inaugural. Sin tiempo que perder, el 11 de junio de ese mismo año aprobó, mediante motu proprio (documento pontificio), una reforma del código penal que amplía la definición de delitos contra menores.
SEGUNDO: 18 de junio de 2015: El Pontífice publica la encíclica “Laudato si”, dedicada al medio ambiente –con especial atención al cambio climático– y la calidad de vida de las personas.
TERCERO: 9 de julio de 2015: Ante los movimientos populares en Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia, el Papa Francisco pidió «humildemente perdón», «no solo por las ofensas de la propia Iglesia, sino por los crímenes contra los pueblos originarios» durante el periodo de la colonización de América Latina.
CUARTO: 13 de febrero de 2016: Muchas razones hacen de su segunda visita a Cuba un hecho histórico: aquí se encontraron el papa Francisco y el patriarca ruso Kiril. Se trata del primer y único encuentro cara a cara entre un jefe de la Iglesia católica romana y un patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa, dos de las principales ramas del cristianismo desde que se separan en el año 1054.
QUINTO: 6 de septiembre del 2017: En una apretada agenda de cinco días en Colombia, el papa Francisco se presentó en las ciudades de Bogotá, Medellín, Villavicencio y Cartagena, donde dedicó espacios de reflexión a diferentes sectores de la sociedad colombiana: representantes de la sociedad civil, líderes y dirigentes políticos, empresarios, niños, jóvenes y víctimas de la violencia. Una de sus frases en ese país fue: «Todo esfuerzo de paz, sin un compromiso sincero de reconciliación, será un fracaso; reconciliarnos no significa desconocer las diferencias ni legitimar las injusticias; el odio no tiene la última palabra».