Cuando la arqueología se casa con la tecnología/ comienzan las sorpresas/ salen a la luz las maravillas. El verso poético de Williamson es más válido que nunca para los recientes descubrimientos que se hicieron en Guatemala aplicando una nueva técnica a las investigaciones arqueológicas. Veamos primero el descubrimiento. En lo que ha sido considerado como uno de los desarrollos más importantes de la arqueología maya, un grupo de investigadores del proyecto liderado por PACUNAM Foundation, organización sin fines de lucro guatemalteca que apoya la investigación científica, el desarrollo sostenible y la conservación de la herencia cultural, ha identificado restos de casas, palacios, carreteras elevadas y otras construcciones que permanecieron durante siglos ocultas en la jungla del sur de Guatemala. En el siglo XVI los purépecha eran la civilización más importante en el centro de México y sobrevivieron a la colonización española y la posterior independencia del país. Esta población adoptó el cristianismo y tuvo la capacidad de combinar los sistemas de organización europeos con los tradicionales, en el campo de la sociedad, de la economía y de la política.
Con mapeos que se realizaron utilizando la nueva tecnología Lidar, el 12 de febrero pasado se descubrió Angamuco, una ciudad maya ubicada en el corazón de México. El dispositivo permitió identificar casas, carreteras, templos, palacios, sistemas de defensa, campos agrícolas y sistemas de riego que conformaban la ciudad. El mapeo láser descubrió que Angamuco estaba formada por cerca de 40.000 edificaciones en un área de apenas 26 kilómetros cuadrados, la misma cantidad que Manhattan tiene en 59 kilómetros cuadrados. Solo una civilización altamente desarrollada podía construir y mantener con vida una ciudad tan compleja, y por esa razón la importancia de la civilización maya hoy se puede comparar con la egipcia o la china.
El grupo de investigación ha reunido arqueólogos de Estados Unidos, Europa y Guatemala en un proyecto, patrocinado por la Mayan Heritage and Nature Foundation. Los resultados del estudio de 2.100 kilómetros cuadrados de jungla llevaron a los especialistas a suponer la presencia de unos 10 millones de personas en las tierras bajas de los mayas, junto a las áreas probablemente destinadas a la agricultura para alimentar la población.
Los arqueólogos Albert Lin y Francisco Estrada-Belli efectuaron exploraciones en Angamuco y realizaron el documental “Tesoros perdidos de los mayas” para el prestigioso National Geographic. Ellos consideran que estos descubrimientos constituyen el avance arqueológico más importante de los últimos 150 años.
La tecnología empleada consiste en rayos láser que permiten observar el relieve oculto debajo de la vegetación y crean un mapa tridimensional. Específicamente, el dispositivo permite establecer la distancia entre el emitente y un objeto o una superficie utilizando un scanner laser que integra la geolocalización satelital con otras tecnologías avanzadas para crear imágenes de alta definición de objetos ocultos, por ejemplo, por una vegetación que como en este caso parecía impenetrable. Gracias a esos mapas, los arqueólogos pueden llegar directamente a los puntos señalados por el sistema, en coordenadas tridimensionales, con un margen de error de cinco centímetros.
El arqueólogo Chris Fisher, de la Universidad Estatal de Colorado y autor de la investigación en Angamuco, explica que si bien la ciudad se había descubierto en 2007 recién a partir de 2011, cuando se empezó a utilizar el Lidar, se realizaron los descubrimientos más significativos. Además de relevar las pirámides, los pozos, las calles y las casas antiguas, se pudo descubrir que la ciudad era mucho más extensa de lo que se pensaba y estaba organizada de una manera diferente respecto de las otras: las pirámides y las plazas abiertas se encontraban en áreas que limitan la ciudad, lo que implicaba la división del núcleo central en varios puntos importantes distribuidos en toda la superficie.
Las nuevas tecnologías aplicadas también están teniendo un rol fundamental para desarrollo de los conocimientos sobre la cultura maya. Gracias a los mapeos tridimensionales fue necesario reconsiderar la importancia de esta civilización. Los resultados de los estudios aéreos muestran que, con la construcción de acueductos y con sus cultivos, los mayas habían modificado una superficie mucho más amplia de lo que se creía anteriormente, llegando a cultivar cerca del 95 por ciento de la tierra disponible en la región. “La agricultura – explica Francisco Estrada-Belli, investigador de la Tulane University citado por The Guardian – era mucho más intensiva y por lo tanto más sostenible de lo que pensábamos, cultivaban cada centímetro de tierra”. Además, los relevamientos han mostrado estructuras defensivas y de riego muy complejas, que hacen pensar también que contaban con una fuerza de trabajo muy bien organizada y grandes obras para desviar los cursos de agua y dirigirlos hacia los cultivos. “La mayoría de los cálculos estimaban una población de aproximadamente 5 millones de personas”, dice Estrada-Belli, quien dirige un proyecto arqueológico multidisciplinario en Holmul, Guatemala. “Con estas nuevas informaciones no es irrazonable pensar que en realidad allí vivían entre 10 y 15 millones de personas, incluyendo los que habitaban en las zonas pantanosas que muchos de nosotros pensábamos que eran inhabitables”.
Pero en realidad los descubrimientos recién empiezan. Todavía falta mapear más de 20.000 kilómetros cuadrados y los especialistas están seguros de que van a encontrar muchas otras ciudades que todavía no se conocen y que permitirán desentrañar nuevos secretos de estas civilizaciones que hasta hoy eran tan misteriosas. “La ambición y el impacto de este proyecto son sencillamente increíbles” declara Kathryn Reese-Taylor, arqueóloga de la University of Calgary especializada en los mayas que no está directamente involucrada con esta investigación. “Los arqueólogos han rastreado durante décadas la selva pero nunca encontraron estos lugares. Aún más importante es el hecho de que nunca tuvimos una visión de conjunto. Será realmente útil para levantar el velo y nos ayudará a ver esta civilización tal como la veían los antiguos mayas”. Una cultura que nunca utilizó la rueda ni animales de carga, y sin embargo “fue una civilización que literalmente movía montañas” explica Marcello Canuto, arqueólogo de la Tulane University y de National Geographic Explorer, quien participa en el proyecto. “Teníamos ese prejuicio occidental de que en las zonas tropicales no podían florecer civilizaciones complejas, que el trópico era el lugar donde las civilizaciones iban a morir” afirma Canuto, quien está realizando estudios arqueológicos en un yacimiento de Guatemala conocido como La Corona. “Pero con las nuevas pruebas obtenidas con el Lidar en América Central y en Angkor Wat, en Camboya, tenemos que reconocer que sí es posible que se hayan formado sociedades complejas en las zonas tropicales y desde allí se expandieron”.