La penumbra de la Sala de Lectura de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos ya es un espacio familiar para el ex analista de la CIA Peter Dickson, quien pasó allí “miles de horas” intentando desentrañar uno de los grandes misterios de la humanidad: el origen de Cristóbal Colón.
Nacido en 1947 y residente en Arlington, a las afueras de Washington, Dickson trabajó durante “más de veinte años” como analista político-militar especializado en la proliferación de armas nucleares para la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de EE.UU. En el más poderoso servicio de espionaje del mundo, Dickson aprendió “la habilidad de ver pruebas que no parecen relacionadas, pero están relacionadas”, que ha puesto al servicio de su incansable pesquisa sobre el llamado “Almirante de la Mar Océana”.
“En los años noventa pasé miles de horas y gasté miles de dólares. Durante muchos años, casi viví aquí (…) escarbando” en archivos, comenta desde el espléndido Edificio Thomas Jefferson, sede central de la biblioteca nacional “de facto” de Estados Unidos, en una entrevista que concedió a la agencia española EFE y que retoma el diario El País de Uruguay.
Si bien Colón pasó a la historia como el hijo de un humilde tejedor de la República de Génova que emprendió para los Reyes Católicos de España la épica aventura que llevé en 1942 al descubrimiento de América, su vida hasta ahora sigue siendo un misterio. El mismo hijo de Colón, Fernando, afirma en la biografía de su padre que “eligió vivir en la oscuridad en todo lo relativo a su lugar de nacimiento y familia”.
El trabajo que está realizando Dickson, investigador independiente y autor de libros y ensayos sobre el famoso navegante se basa en un enfoque diferente: la investigación genealógica. En primer lugar, el estudioso cuestiona el origen humilde del famoso genovés. Si esto fuera cierto – afirma – nunca se hubiera podido casar con Felipa Moniz, dama perteneciente a una familia aristocrática vinculada a la poderosa Casa de Braganza, que reinó en Portugal de 1640 a 1910. Sin embargo, Dickson no cuestiona el hecho de que proviniera de la República de Génova, pero eso no significa – dice – que fuera “un italiano monocultural”.
Ese Estado, oficialmente denominado Respublica Ianuensis, fue independiente entre 1099 y 1797, y ocupaba la región lígure y algunas otras zonas limítrofes. Pero gracias a la economía, alimentada por un intenso comercio naval, poseía además dominios dispersos por todo el Mediterráneo. Por eso resulta perfectamente aceptable la hipótesis de que su bagaje cultural no fuera exclusivamente italiano, plantea el ex analista de la CIA. Apoya además esa hipótesis el hecho de que, pese a los numerosos estudios de ADN realizados con muestras de los restos de Colón, de su hijo Fernando y de su hermano Diego, no se haya podido reconstruir un árbol genealógico. Dickson sospecha incluso que los apellidos Colombo, Colón y Colom se hayan adoptado como sinónimos para ocultar el origen de la familia.
El último estudio de ADN se realizó en 2011. Dickson tiene la esperanza de que en 2018, aprovechando las tecnologías más sofisticadas, resulte finalmente posible desentrañar el misterio y formar un equipo multidisciplinario para afrontar el desafío de encontrar la verdad.