Los católicos del estado de Minas Gerais han recibido un regalo de Navidad del Papa Francisco y harán una gran fiesta el 15 de diciembre para conmemorarlo: dos iglesias que forman parte del complejo arquitectónico del santuario de Nossa Senhora da Piedade (popularmente llamado Serra da Piedade), en la localidad de Caeté, tendrán el título de basílica. La Ermita de Padroeira, una humilde capilla del siglo XVII, se llamará a partir de ahora Basílica Ermita de Padroeira de Minas Gerais- Nossa Senhora da Piedade, convirtiéndose en la basílica más pequeña del mundo; y el segundo templo que tendrá ese rango es la iglesia de las Romerías, construida en los años ’70 para acoger las grandes peregrinaciones; ésta pasará a ser la Basílica Estatal Nossa Senhora da Piedade – Patrona de Minas Gerais. “La Sierra es el corazón de Minas, porque reúne la fe católica, la riqueza ambiental, una tierra rica en oro y el complejo del santuario” comenta Mons. Walmor de Azevedo, arzobispo de Belo Horizonte. “Estoy muy feliz porque es un reconocimiento del Papa Francisco para un lugar de gran singularidad y expresividad, que concentra dos siglos y medio de historia y la fuerza espiritual del pueblo. Ahora la dos iglesias están unidas a la misión del Papa”, afirma.
El Papa tomó la decisión en respuesta a la solicitud que hicieron Mons. Walmor y los obispos de Minas. Y el procedimiento fue muy veloz. En junio, el arzobispo viajó a Roma llevando un documento firmado por los prelados en el cual pedían que en este año jubilar se confiriera el título de basílica a las dos iglesias. La solicitud fue acogida por el Papa, quien conoce la historia del santuario y a principios de año había concedido su bendición apostólica a todos los peregrinos que visitan ese espacio sagrado.
Preocupaciones. Reconocida y tutelada por el estado de Minas Gerais a través del Instituto de Patrimonio Histórico y Artístico (IPHAN) y el municipio de Caeté, la Sierra de la Piedad es el punto de partida y de llegada del Camino Religioso de la Estrada Real, que une el santuario de la patrona de Minas con Aparecida (San Pablo). En 2016 el complejo del Santuario de Nuestra Señora de la Piedad recibió cerca de 500 mil personas, entre brasileños y extranjeros, y este año unos 700 mil fieles pasaron por el complejo. Con la noticia de la basílica se espera que el año que viene aumente el número de visitantes y peregrinos.
La emoción por la atribución del título de basílica, sin embargo, contrasta con una gran preocupación de los administradores del Santuario: las condiciones de acceso a la Sierra de la Piedad. “El turismo religioso es el que más está creciendo en todo el mundo y la Sierra de la Piedad tiene un gran potencial. Es muy importante que las autoridades comprendan la importancia que tiene, porque este lugar es un punto de referencia. Me preocupa mucho la necesidad de que se resuelvan de una vez por todas los problemas de movilidad” comenta el padre Fernando César do Nascimento, rector del Santuario. Explica que ha solicitado reiteradamente a las autoridades que amplíen la autovía que lleva al lugar, conocida como “Autopista de la muerte”. “Llama la atención que todavía no se haya concretado el proyecto de ampliar al doble la autopista BR-381. Tampoco se han llevado a cabo las mejoras de la ruta que une Sabará con Caeté, que podría convertirse en un itinerario turístico. Esta situación ha producido un colapso en la organización turística”, reclama el rector. Considera que es urgente coordinar el esfuerzo de los gobiernos federal, estatal y municipal para resolver este problema que pone en peligro la vida de visitantes y peregrinos.
Con respecto al Santuario, ya se pueden ver algunas mejoras. “Los que asisten a un retiro o algún tipo de evento nocturno, ya pueden notar la nueva iluminación de la ermita, que realza su arquitectura con 100 lámparas LED”, cuenta el padre Fernando. “Estamos trabajando para que en breve se puedan hacer visitas nocturnas al Santuario, pero necesitamos guardias de seguridad, sobre todo en el ingreso”, subraya.
La historia de estos lugares y la devoción a Nuestra Señora de la Piedad se remonta al siglo XVIII, cuando una niña sordomuda recibió una aparición de la Virgen María en lo alto de la Sierra y empezó a hablar y escuchar. El portugués Antônio da Silva Bracarena supo de este milagro, se convirtió y decidió construir una capilla donde se había producido. En 1767 comenzó a levantar la Ermita de Nuestra Señora de la Piedad, que posteriormente acogió la imagen de la Virgen esculpida por “Aleijadinho”, el famoso artista del barroco minero Antônio Francisco Lisboa. En reconocimiento a la devoción del pueblo minero y a los peregrinos que visitan el Santuario de la Sierra de la Piedad, en 1960 el Papa Juan XXIII reconoció por decreto a Nuestra Señora de la Piedad como patrona del estado de Minas Gerais.