En muchos viajes internacionales el Papa Francisco ha citado escritores importantes en la historia de los países que visita o escritores de reconocida fama internacional, a veces premiados con el Nobel. En estos días, en Colombia, ha citado cuatro veces al escritor colombiano Gabriel García Márquez, Premio Nobel de literatura 1982, a quien el Santo Padre conoce muy bien y enseñó a algunos de sus alumnos jesuitas. Estas son las citas:
(1) «Sin embargo, frente a la opresión, el saqueo y el abandono, nuestra respuesta es la vida. Ni los diluvios ni las pestes, ni las hambrunas ni los cataclismos, ni siquiera las guerras eternas a través de los siglos y los siglos han conseguido reducir la ventaja tenaz de la vida sobre la muerte. Una ventaja que aumenta y se acelera». (Les Prix Nobel/1982)
(2) Es posible entonces, continúa el escritor, «una nueva y arrasadora utopía de la vida, donde nadie pueda decidir por otros hasta la forma de morir, donde de veras sea cierto el amor y sea posible la felicidad, y donde las estirpes condenadas a cien años de soledad tengan por fin y para siempre una segunda oportunidad sobre la tierra» (Discurso de aceptación del premio Nobel, 1982).
(3) «No imaginaba que era más fácil empezar una guerra que terminarla» (Cien años de soledad, cap.9).
(4) Nos lo decía ya ese escritor tan de ustedes y tan de todos: «Este desastre cultural no se remedia ni con plomo ni con plata, sino con una educación para la paz, contruida con amor sobre los escombros de un país enardecido donde nos levantamos temprano para seguir matándonos los unos a los otros… una legítima revolución de paz que canalice hacia la vida la inmensa energía creadora que durante casi dos siglos hemos usado para destruirnos y que reivindique y enaltezca el predominio de la imaginación» (Gabriel García Marquez, Mensaje sobre la paz, 1998).