Un grupo de indígenas brasileños, aclamados como héroes porque patrullan la Amazonia y expulsan a los madereros ilegales, ocupó algunas oficinas gubernamentales para exigir la protección de sus tierras. Es la primera protesta de este tipo que realizan estos indígenas, conocidos como los Guardianes Guajajaras. Su pueblo está enfrentando una crisis de emergencia porque una gran parte de su selva está siendo destruida.
Los Guardianas trabajan para proteger su selva en el noreste de la Amazonia brasileña. Comparten esa región, conocida como territorio indígena Arariboia, con los Awá no contactados.
La selva de estos indígenas es una isla verde rodeada por un mar de deforestación. Los madereros ilegales fuertemente armados se están adentrando en este último refugio y el gobierno prácticamente no hace nada para detenerlos. Tainaky Guajajara, uno de los líderes de la comunidad, declaró durante el acto de protesta en la ciudad de Emperatriz: “Estamos ocupando FUNAI (el departamento de asuntos indígenas del Gobierno brasileño) para reivindicar nuestros derechos de protección territorial y medioambiental. Necesitamos apoyo urgente. Nuestra tierra está siendo invadida ahora, en este momento. El Gobierno de Brasil nos ha olvidado: es como si no existiéramos. Así que ya hemos llegado a nuestro límite. No aguantaremos por más tiempo este desprecio del Gobierno”.
Los Guardianes Guajajaras han decidido tomar las riendas de la situación para salvar su tierra de la destrucción y evitar el genocidio de los awás. Patrullan su selva, identifican los campamentos madereros ilegales y reprimen las invasiones. “Los indígenas awás aislados no pueden vivir sin la selva. A través de los guardianes, la gente combate buena parte de la invasión de los madereros (…) Mientras estemos vivos, lucharemos aquí por todos, por los indígenas no contactados y por la naturaleza”, dijo el coordinador de este pueblo indígena, Kaw Guajajara.
El trabajo que realizan es peligroso – los Guardianes reciben constantemente amenazas de muerte de la poderosa mafia de los madereros, y en 2016 asesinaron a tres de ellos. Pese a todo, siguen luchando con coraje, porque saben que los awás, como todos los pueblos aislados, se enfrentan a una catástrofe a menos que su tierra sea protegida. Sus operaciones han logrado disminuir drásticamente la tala, pero necesitan ayuda urgente de las autoridades brasileñas: recursos y equipamientos para sus expediciones y el apoyo de agentes gubernamentales que puedan detener a los madereros y mantenerlos fuera de su territorio.
Los Guardianes también exigen que el gobierno implemente un acuerdo preparado por la FUNAI para que la policía militar y las Fuerzas Armadas instalen bases para proteger el territorio y desarrollen operaciones conjuntas para patrullar la zona. “Los guardianes están protegiendo una de las últimas áreas de selva tropical amazónica en la región. Su determinación de mantener intacta su selva hoy es más importante que nunca, dado que la administración del presidente Temer intenta menoscabar la protección de tierras indígenas por todo Brasil” declaró Stephen Corri, Director general de Survival International. “Los Guardianes guajajaras son únicos y toda una inspiración para aquellos que nos preocupamos por los derechos humanos y el medioambiente. El deber constitucional del Gobierno es ayudarlos a proteger la selva. Su destrucción podría exterminar a los indígenas awás no contactados. Estamos ante una crisis humanitaria más en el trato que Brasil da a sus pueblos indígenas”.