No hay duda de que saben usar las armas y no les falta entrenamiento. Son los nuevos ex guerrilleros de las Farc en busca de su primer empleo tras largos años en las selvas de Colombia. Y parece que mil de ellos ya encontraron uno de acuerdo con sus capacidades, porque el Parlamento colombiano aprobó el proyecto de ley orgánica que permite a los miembros de las Farc trabajar en servicios de vigilancia.
La iniciativa, aprobada con 52 votos a favor y uno en contra, permitirá a la Unidad Nacional de Protección ampliar su planta de personal integrando profesionalmente a los veteranos de las Farc, que a partir de enero de 2018 entrarán a formar parte del Esquema de Seguridad conjunto establecido en los acuerdos de paz.
El gobierno ha previsto que se incorpore al organismo reformado un número máximo de 1.200 ex guerrilleros, quienes junto con la policía tendrán la tarea de garantizar la seguridad de los miembros de las Farc que lo requieran en la fase inicial de su reincorporación a la vida civil.
Hasta el momento se han postulado 315 ex combatientes pero no todos superaron las pruebas de admisión. En todo caso, la composición de cada unidad de vigilancia dependerá del riesgo que en opinión de cada ex integrante de la guerrilla corre él o su familia, sobre todo los que formaron parte del Secretariado de las Farc y podrían ser objeto de venganzas, extorsiones o amenazas, y en particular aquellos que han decidido actuar en política dentro del nuevo partido que se está creando.
Los nuevos escoltas, guardaespaldas y agentes de vigilancia que sean contratados por el gobierno tendrán un salario de 1.825.423 pesos colombianos, aproximadamente 600 dólares mensuales.