Marihuana que no se encuentra donde debería haber, bancos que cierran las cuentas de las farmacias autorizadas para la venta, en el Uruguay que quiere pasar a la historia como el primer país del mundo que permite el cultivo y la comercialización pública y legal del cannabis, el sistema muestra las primeras grietas. Las ha puesto en evidencia el diario de Montevideo El Observador, que releva atrasos en la distribución del producto y complicaciones en el financiamiento de la actividad para las farmacias autorizadas para la venta. Hasta el momento – explica el diario – las cuatro farmacias de la capital “tuvieron cinco entregas y vendieron 10 kilos de marihuana cada una”. Peor aún es la situación de las farmacias en el interior. El dueño de la farmacia Flores, en la localidad del mismo nombre, afirma que recibe cerca de 200 llamados telefónicos diarios de potenciales compradores y cerca de cien visitas por día para solicitar información.
Pero por ahora la marihuana no llega como debería. No solo eso, se lamentan los vendedores autorizados. La situación con los bancos donde tienen sus cuentas para realizar los pagos, tal como les obliga la ley, tanto impositivos como de los productos mismos, es sumamente complicada. La normativa internacional para la lucha contra el lavado de dinero, el terrorismo y el dinero proveniente de actividades criminales y comercio de estupefacientes, afecta a las farmacias autorizadas para la venta regulada de cannabis. Por esa razón, explica El Observador, el dueño de la farmacia Pitágoras, del barrio Malvín de Montevideo, ha decidido dejar de vender cannabis. El banco español Santander canceló la cuenta de ese cliente debido a que dicha institución no puede tener nada que ver con la comercialización de drogas, incluso si la marihuana está legalizada en Uruguay.
El mismo diario releva que hay 20 farmacias en lista de espera dispuestas a vender cannabis. El último dato difundido por el ente regulador del comercio de marihuana, actualizado al 7 de agosto, señala que hay 11.508 personas inscriptas en las listas de consumidores.