El dinero que envían a su país los cubanos que viven fuera de la Isla, sobre todo en Estados Unidos, y la que llevan “en mano” los turistas, cubanos y extranjeros, que visitan Cuba, llegaron en 2016 a niveles nunca alcanzados antes. Así lo certifica el informe de la agencia especializada en investigaciones de mercado “The Havana Consulting Group” (THCG), con sede en Miami. El primero, las “remesas”, fueron por un total de 3.444 millones de dólares, el 2,7 más respecto a 2015, lo que constituye un nuevo récord. La agencia atribuye el aumento de las remesas fundamentalmente al crecimiento de la emigración de cubanos hacia Estados Unidos, la mayoría por “vías informales”, que permitieron a 50.082 cubanos ingresar al territorio del vecino país en 2016, sobre un total de 80.082 compatriotas que abandonaron la Isla ese mismo año. Este fenómeno, para “The Havana Consulting Group”, explica el incremento de remesas, las que pasaron de 2.294 millones de dólares en 2011 a 3.354 millones en 2015 y hasta 3.444 millones en 2016.
En cuanto al turismo, las autoridades cubanas del Ministerio de Turismo anuncian que esta semana Cuba llegó a las 3 millones de presencias con 75 días de anticipación respecto a 2016. La cifra constituye un considerable incremento del 24% en el número de visitantes extranjeros que desembarcaron en el país caribeño. Fuentes del mismo Ministerio calculan que se alcanzará la cifra de 4.700.000 turistas a fines de 2017, y más de cinco millones en 2018.
El flujo principal proviene de Estados Unidos, pese a las limitaciones a los viajes de estadounidenses que introdujo Trump, seguido por Canadá, España, Francia, Italia y Alemania. En 2016, 285.000 estadounidenses visitaron la Isla, una cifra que ya fue superada en los primeros cinco meses de 2017 con la llegada de 284.565 visitantes provenientes de Estados Unidos. El incremento registrado y el previsto para el futuro próximo imponen un aumento de la capacidad receptiva, que resulta altamente insuficiente en relación con el flujo en curso y el estimado. Cuba dispone actualmente de 67.769 habitaciones para alojamiento cuya administración controla el estado en asociación con empresas extrajeras, mientras las habitaciones alquiladas por los privados, una novedad reciente, son 22.000 a nivel nacional.