El presidente de Colombia Manuel Santos acaba de terminar los enfrentamientos con la más agresiva guerrilla del continente y ya está empezando otros que prometen ser no menos complejos. Con bombos y platillos anuncia que ha llegado el momento de rescatar de las profundidades del mar, para incorporarlo al patrimonio nacional, el famoso galeón español San José, que fue hallado en noviembre de 2015 en un punto de la costa colombiana cerca de Cartagena. La historia testimonia que la soberbia nave con sus 66 cañones de bronce fue interceptada en 1708 por una flota inglesa comandada por el capitán Charles Wagner y con un impacto de cañón se fue a pique con toda su carga de lingotes de oro y plata más 11 millones en monedas de la época. El descubrimiento de su ubicación, sin embargo, no la rescató de un reposo de tres siglos sino que desencadenó una nueva batalla por la propiedad de su incalculable tesoro. Tres sujetos se disputan los derechos sobre la nave: el estado colombiano, España, dueña del galeón en el momento en que fue hundido, y la empresa estadounidense Sea Searc Armada (SSA), que insiste en reclamar parte del tesoro.
Para superar las controversias, el presidente colombiano premio Nobel de la Paz 2016 anunció ahora la formación de una no mejor precisada alianza público-privada que se encargará de sacar a flote el galeón con todo su tesoro. Que efectivamente es incalculable, porque no se conoce con exactitud cuál era la carga completa en el momento del naufragio sino solo los documentos de embarque que conservan los archivos de Sevilla. De todos modos, en la panza de la embarcación se encuentra uno de los tesoros más grandes que se hayan rescatado jamás hasta el momento.