“Las vendedoras del nuevo local de L’Occitane en Provence de La Habana ganan 12,50 dólares por mes. Una botella de eau de toilette de acacia cuesta 95,20 dólares. Una crema facial rejuvenecedora 162,40 dólares la onza. A pocas puertas de distancia, una cámara Canon EOS cuesta 7.542 dólares, y un reloj Bulgari 10.200 dólares”. Michael Weissenstein de la agencia Associated Press ha controlado diligentemente los precios de los artículos e hizo las cuentas. La conclusión que obtuvo fue que muchos cubanos que se detienen delante de las vidrieras de los nuevos locales para espiar lo que contienen, como si fueran niños en una juguetería, necesitarían entre cinco meses y cinco años de salario para poder pagar un televisor de pantalla plana de 50 pulgadas, como el que se exhibe en el negocio de productos electrónicos que se encuentra dentro del nuevo shopping inaugurado en La Habana
Los cinco pisos del nuevo mall se encuentran cerca del Paseo Prado, el boulevard arbolado que divide el sector colonial de la ciudad de La Habana. En los pisos superiores abrirá oficialmente en junio un hotel de cinco estrellas propiedad de la agencia turística Gaviota, de los militares cubanos, administrado por la cadena suiza de hoteles de lujo Kempinski.
El boulevard Prado, donde se encuentra el nuevo templo del consumismo cubano, fue escenario en el mes de mayo de 2016 de un desfile de Chanel, el primer evento de moda internacional desde los tiempos previos a la revolución de 1959. Al desfile asistieron pocos cubanos asomados a los balcones de las casas y muchos personajes famosos e invitados de Lagerfeld, entre ellos la modelo Gisele Bündchen, la actriz Tilda Swinton, el actor Vin Diesel Kendall Jenner, que participaron de la inédita pasarela.
No faltaron las protestas en señal de rechazo, incluyendo a escritores e intelectuales cubanos. El ministro de Cultura de Cuba – hace notar AP – presentó su renuncia dos meses después, sin dar a conocer las razones de su decisión.
El reportaje de la agencia estadounidense refiere también las reacciones de los cubanos de diversas generaciones ante la apertura del exclusivo centro comercial. “Mientras los cubanos de más edad parecen asombrados al ver artículos que cuestan más que lo que van a ganar en toda su vida, los adolescentes y jóvenes adultos posan frente a las vidrieras de los negocios para tomar fotos que publicarán en Facebook”.