Trece indígenas amazónicos debieron ser internados en un hospital de Brasil tras un violento y brutal ataque con armas de fuego y machetes. Las escalofriantes imágenes enviadas a Survival International muestran a un hombre con ambos brazos mutilados.
El ataque se produjo en represalia contra la campaña que desarrollan los gamela para recuperar una pequeña parte de su territorio ancestral. En efecto, su tierra fue invadida y destruida por los agroganaderos, los madereros y los terratenientes, y actualmente los gamelas viven hacinados en una diminuta parcela de tierra. Los gamelas son indígenas nativos de esta región del estado de Maranhão, en el norte de Brasil.
Ya hace tiempo que poderosos intereses del agronegocio – entre los que se encontraría la familia Sarney – están en conflicto con la tribu. A esta familia pertenecen un ex presidente de Brasil y un ex gobernador del estado de Maranhão.
Testigos oculares relataron que los ganaderos se reunieron para comer y se emborracharon antes de rodear el campamento gamela y atacarlo, primero con armas de fuego y luego con machetes, provocando gravísimas heridas a sus víctimas. La policía local habría presenciado el ataque y permitido que se llevara a cabo.
Los gamelas ya habían recibido amenazas de muerte en respuesta a sus intentos de volver al sus tierras. “La gente se equivoca si piensa que la muerte pondrá fin a nuestra lucha. Si nos matan, volveremos a germinar como semillas…. Ni el miedo ni las balas asesinas de los terratenientes podrán detenernos”, afirmaron los gamelas en una declaración difundida por la ONG brasileña Conselho Indigenista Missionário (CIMI).
El ataque se produjo días después de las imponentes protestas de los indígenas en Brasilia, la capital del país, contra la propuesta de una serie de cambios legislativos que podrían tener consecuencias desastrosas para estos pueblos.
El robo de tierras es el mayor problema que enfrentan los pueblos indígenas. En todo el mundo las sociedades industrializadas roban sus tierras para lucrar con ellas. Los activistas temen que los estrechos lazos entre los grupos de presión del agronegocio y el gobierno del presidente Temer – que accedió al poder tras el proceso de destitución de Dilma Rousseff en 2016 – pueden traer como consecuencia un incremento de la violencia genocida y el racismo contra los pueblos indígenas de Brasil. “Hoy estamos presenciando el mayor asalto contra los indígenas de Brasil de las dos últimas generaciones”, declaró el director de Survival International, Stephen Corry, y agregó: “Este terrible ataque es un síntoma de la brutal y continuada ofensiva que está aniquilando a comunidades indígenas de todo el país. Actos atroces como este no acabarán hasta que los culpables sean procesados y Brasil empiece a garantizar los derechos territoriales indígenas, como debe hacer según su propia legislación y el derecho internacional”.