Muchos e importantes medios, con periodistas que viajaban en el avión del Papa Francisco cuando volvía de Egipto, han ofrecido a sus lectores buenas y oportunas transcripciones de la conferencia de prensa del Pontífice. En algunos casos incluso pusieron a disposición las filmaciones.
Pero leyendo prácticamente la totalidad de las transcripciones, con algunas excepciones, resulta evidente que en la respuesta de Francisco sobre la crisis en Venezuela y el aporte y/o rol de la Santa Sede, no han captado cosas importantes, sobre todo cuando el Santo Padre, tras un razonamiento bastante articulado y elaborado, termina diciendo: “Todo lo que se pueda hacer por Venezuela, hay que hacerlo, pero con las garantías necesarias; si no, jugamos al tin tin pirulero”.
(Nota: En América Latina, la expresión “tin tin pirulero”, de uso común en el lenguaje familiar, es un concepto lúdico que alude a saltar de una cosa a otra sin focalizar ni llegar a una conclusión; algo poco serio y veleidoso).
Con respecto a la situación actual del país sudamericano, el Papa pone en claro y observa en su respuesta de ayer:
1. La Sede Apostólica ya ha participado, a pedido del gobierno y la oposición, en los esfuerzos de mediación y diálogo que estaban efectuando varios representantes de la Unasur. Dichos esfuerzos no llegaron a ninguna conclusión: “quedaron ahí”.
2. Estos esfuerzos no concluyeron positivamente porque las propuestas no eran aceptadas y/o compartidas, o se diluían con un “sí-sí, pero no, no”.
3. Conocemos la difícil situación de Venezuela, que es un país al que yo quiero mucho.
4. Tengo entendido, dice el Papa, que ahora han presentado una solicitud (“están insistiendo”), creo que fueron los que llevan adelante el fracasado intento de la Unasur. Se procura relanzar una “facilitación” y están buscando el lugar.
5. Si esa iniciativa se concreta, “yo creo que tiene que ser con condiciones muy claras”.
6. Una parte de la oposición, que curiosamente está dividida, no desea este camino. Entre tanto, el conflicto se agudiza cada vez más.
7. Lo importante es que hay algo que se está moviendo. Estuve informado de eso, pero todavía no hay nada concreto (“está muy en el aire todavía”).
8. Todo lo que se puede hacer por Venezuela, hay que hacerlo, pero con las garantías necesarias.
9. De lo contrario, significa que quieren jugar al “tin tin pirulero”, y eso no es aceptable (“y no va la cosa”).