Las favelas brasileñas son una usina de actividades empresariales. Según los datos que surgen de una investigación realizada por el instituto Data Popular, los 12 millones de habitantes que allí viven movilizan anualmente más de 80 millones de reales, que equivalen aproximadamente a 26 millones de dólares. Para promover ulteriormente la economía que ya existe en estas realidades, donde la mayoría de los negocios corresponden a las micro y pequeñas empresas, el SEBRAE (Servicio Brasileño de Apoyo a las Micro y Pequeñas Empresas) lanza en la primera semana de mayo el programa Favela Legal. Es un proyecto piloto que se implementará en las dos principales favelas de San Pablo, Paraisópolis y Heliópolis y el objetivo del mismo es identificar a los residentes con un perfil emprendedor, incentivar la formalización de pequeñas actividades ya existentes y promover la capacitación empresarial en esas comunidades paulistas. Posteriormente, el SEBRAE se propone expandir el proyecto Favela Legal a otras regiones del país. La información se conoció a través de la revista Cidade Nova, del Movimiento de Focolares de Brasil.
A diferencia de lo que comúnmente se piensa, la economía dentro de las favelas brasileñas es muy rica y hay empresas de todo tipo: locales de comida y restoranes, – que incluye incluso festivales gastronómicos – salones de belleza, negocios de venta al menudeo, transporte (motos y furgones), mercados, eventos musicales, gráficos, talleres, etc. Estas empresas proporcionan trabajo y recursos, están localizadas cerca del lugar donde vive la gente o de los lugares de trabajo y ayudan a desarrollar la zona, porque el dinero que circula se queda en el barrio. Las relaciones de confianza permiten que el sistema siga operando y creciendo. “Si usted entra a una favela, encuentra de todo. Es una ciudad, pero una ciudad informal. Nosotros podemos ayudarlos a organizar y regularizar las empresas, formalizando todo por medio del programa Microemprendedor Individual (MEI)”, afirma el presidente del SEBRAE, Afif Domingos.
El MEI es un programa del gobierno federal que legaliza a la persona que trabaja por cuenta propia como pequeño empresario. “Los empresarios tampoco tienen un seguro que los proteja en su trabajo, y por medio del programa pueden obtenerlo. Además, también es bueno para el sistema previsional del estado, porque promueve el aporte de fondos”, explica Afif. El proyecto del SEBRAE cuenta con apoyo del gobierno federal. El asesor de la presidencia de la República Gastão Toledo destacó que esta es una manera de reconocer e incentivar la vocación empresarial del trabajador brasileño. “El pasado de todos los grandes empresarios fue al comienzo una pequeña empresa. Debemos estimular eso. No solo en las favelas, sino en todas partes”, insistió.
El programa Favela Legal también se propone fomentar la capacitación de las personas en profesiones que escasean en el mercado, como plomeros y electricistas entre otros, para que se conviertan en microemprendedores individuales. Debe asimismo promover la visita de agentes del SEBRAE que asesoren sobre la manera de mejorar la gestión de las empresas. De esa manera los residentes en las favelas podrán recibir entrenamiento como orientadores para la formalización de las empresas.
Los programas como Favela Legal cuentan con el apoyo de los habitantes de las zonas periféricas de la capital paulista, como ha comprobado un estudio de la Fundação Perseu Abramo. El resultado de la investigación destaca que el paulista valora el esfuerzo personal para abrirse camino y que 4 de cada 10 residentes de estas comunidades (3.8 millones de personas) sueñan con tener un negocio propio. Según el economista Joel Pinheiro da Fonseca, quien estudia el mercado informal de las favelas, esa investigación demuestra que “los empresarios de las favelas poseen y defienden muchas de las características que definen a Brasil: creatividad, aporte personal, capacidad de improvisación, dedicación incansable para alcanzar el éxito, pero no como un fin en sí mismo”. Refleja asimismo el orgullo que sienten estos empresarios cuando logran sus objetivos sin depender del Estado. “Esta parte de la población considera que el Estado es un obstáculo que arruina la vida, sobre todo por los impuestos altos y la enorme burocracia”.