México mira hacia el sur del continente y revista sus prioridades. Sus intereses comerciales han sido gravemente perjudicados por el nuevo curso político que aceleradamente inauguró el presidente Trump, y ha comprendido que el abrazo económico con su poderoso vecino, a la larga hubiera resultado contraproducente. El momento ha llegado, y las bofetadas de Trump obligan al gran país del norte a poner la otra mejilla en dirección al sur.
El ministro de Relaciones Exteriores del gobierno de Peña Nieto anunció la inversión de ruta al volver de una gira comercial por el sur del continente: Argentina y Brasil. Luis Videgaray declaró que estos dos países son las nuevas prioridades de la política económica mexicana y evidentemente no solo de la económica. “Nuestras dos prioridades en América Latina este año son precisamente Argentina y Brasil”, declaró a varios medios de ambos países, confirmando además que el proceso se está realizando “de manera simultánea, pública y transparente”. El responsable de la política exterior del gobierno mexicano plantea un escenario de “integración económica acelerada”. “En unos cuantos meses”, resumió el Ministro de Exteriores, “hemos avanzado más en pláticas comerciales de lo que habíamos avanzado en los últimos 10 o 15 años”. Videgaray habló también de “economías complementarias”, considerando que México “es una potencia manufacturera y Argentina es un gran proveedor de alimentos al mundo”.
Interrogado sobre la posibilidad de que México abandone el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá (North American Free Trade Agreement), el canciller respondió que seguirá participando en el mismo siempre y cuando convenga a los intereses de México: “Si lo que se nos propone es un acuerdo contrario al interés nacional, no tenemos que quedarnos”.