¡ESTA SÍ QUE ES UNA PASIÓN! Una vez más el Via Crucis de Iztapalapa, en México, promete estar a la altura de su fama de ser el más grande del mundo

Judas se ahorca…
Judas se ahorca…

En la delegación de Iztapalapa de Ciudad de México, una de las 16 demarcaciones territoriales que forman la megalópolis mexicana, ya comenzaron, como todos los años, los preparativos finales para uno de los mayores Via Crucis que se realizan sobre la faz de la tierra. Se aprestan los nazarenos, los soldados romanos visten las pesadas armaduras rezando para que el tiempo del viernes santo no llegue a una temperatura insoportable, las magdalenas, las mujeres piadosas y las verónicas ocupan su lugar a lo largo de las calles, los azotadores hacen restallar los látigos y los pilatos y sacerdotes del sanedrín repasan los diálogos que el 14 de abril declamarán delante de cientos de miles de mexicanos y extranjeros. “Es muy importante aclarar que no se trata solo de una obra de teatro” explica el semanario católico Desde la Fe en su último número, “sino de un medio que comunica la vida nueva que Jesús nos da con su resurrección”. A continuación informa que los 120 actores que participan en la escenificación han recibido una preparación catequística para profundizar la conciencia del misterio único que representarán dentro de pocos días.

La tradición de este Vía Crucis se remonta al siglo XIX. En 1833 los habitantes de Ciudad de México invocaron al Señor de la Cuevita y la epidemia de cólera que diezmaba la población comenzó a disminuir hasta que desapareció totalmente.

Este año se realiza la 174 edición de la representación y ya fueron seleccionados 347 protagonistas para los diferentes roles de la famosa pasión, 500 comparsas, dos mil nazarenos y mil soldados romanos, que estarán distribuidos a lo largo de un recorrido que durante la Semana Santa presenciarán dos millones de personas.

Decenas de candidatos ambicionan representar a Cristo en esta super procesión y para hacer realidad su sueño deben reunir una serie de requisitos. Naturalmente, en primer lugar la fe católica, pero además tener la fuerza suficiente para cargar el madero del suplicio después de la flagelación, una cruz de 90 kilos de seis metros de largo. Al que personificará a Jesús en el camino del calvario también se le pide una buena formación religiosa, óptimo estado físico, ser originario de uno de los tres barrios que componen la localidad de Iztapalapa, poder participar en la representación 13 domingos seguidos y no ser casado.

Este año el privilegio será para Eder Omar Arreola, de veintisiete años, rigurosamente no casado y originario del barrio de La Asunción. Previamente había sido elegido Eduardo Guzmán Ramírez, de 25 años, nacido en el barrio de San José, pero luego surgieron dudas sobre su condición de soltero.

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