Una gigantesca estatua de cinco metros de altura y una tonelada de peso, erigida a pocos metros de la frontera de Ciudad Juárez, representa al Papa Francisco con sotana blanca y una paloma en la mano que no se sabe bien si está levantando vuelto o se está posando en ella. Pero el significado simbólico es muy claro: una mano conciliadora siempre tendida hacia los gobernantes del país limítrofe y un cuerpo que protege a los mexicanos de la furia del poderoso vecino si la ramita de olivo no pudiera aplacarlo. Pero ese segundo significado es el que hoy por hoy predomina en la Iglesia mexicana, por lo menos la que reconoce como vocero al cardenal de Ciudad de México, monseñor Rivera Carrera. “Donald Trump amenazó como candidato, y ahora lo cumple como Presidente de los Estados Unidos”, comienza diciendo el editorial del semanario Desde la Fe en el número que acaba de aparecer. Y a continuación enumera los efectos del programa electoral que está poniendo práctica: “los mexicanos indocumentados, todos, sin excepción, serán deportados. Pero no solo aquellos que tienen algún antecedente penal – lo cual podría ser comprensible -, sino cualquiera que haya ingresado sin papeles, no importa si es un trabajador ejemplar, si paga sus impuestos y es parte del desarrollo de ese país”. “Todos serán tratados como criminales y devueltos a México” señala el semanario, pero no solo eso, también serán devueltos a ese país los inmigrantes no mexicanos, los centroamericanos, “que hayan cruzado la frontera por nuestro territorio”.
La revista de la diócesis de Ciudad de México, la más grande del país y una de las mayores del mundo, utiliza un lenguaje inusualmente duro que tal vez se anticipa al tono interlocutorio que todavía usa la diplomacia vaticana. Ásperas también en el frente interno, donde se acusa al gobierno de Enrique Peña Nieto de “cobardía”, “sumisión” e incapacidad para hacer frente a una ofensiva que amenaza arrasar con todo. La revista señala en este sentido que en la diplomacia mexicana “se necesita pericia, experiencia, no aprendices” en una clara referencia al canciller mexicano Luis Videgaray, quien en el momento de asumir el cargo admitió que tenía mucho que aprender en política exterior.
Los partidos políticos mexicanos no se salvan de los dardos de Desde la Fe. “Mientras los partidos políticos y los altos funcionarios reciben inmoralmente miles de millones de pesos, y el gobierno gasta de forma irresponsable millonadas en su fallida publicidad, apenas se dan, sin hacer llegar los recursos a los consulados, unas migajas –mil millones de pesos – para atender esta emergencia humanitaria. Eso es lo que valen para el gobierno todos los mexicanos que anualmente envían casi 30 mil millones de dólares para aliviar la miseria de incontables de familias a las que nuestra clase política no ha sido capaz de brindar un desarrollo digno”.
La palabra “terrorismo” aparece tres veces en el artículo editorial de Desde la Fe, la última al final, cuando afirma que “se echa de menos no sólo la solidaridad nacional, sino también la solidaridad internacional para poner un freno al racismo, al odio y al terrorismo del indigno presidente norteamericano”.