BRASIL. DESPUÉS DEL CARNAVAL, LA RENDICIÓN DE CUENTAS. El enfrentamiento político entre la Presidente Rousseff y el Presidente de Diputados Cunha termina con un empate, pero…

Dilma carnaval

El mes de diciembre de 2015 será recordado como una de las partidas más instructivas de ajedrez político de los últimos tiempos. El enfrentamiento de la Presidente del país, Dilma Rousseff, con el Presidente de la Cámara de los Diputados, Eduardo Cunha, tuvo  tantas idas y venidas, tantos tira y afloja, que por ahora, a fines de enero, se puede decir que terminó empatado.

Todo hacía pensar que el pedido de impugnación (impeachment) de la Presidente empezaba a ser “bien recibido” tanto por los Diputados y Senadores como por una gran parte de la población. El Vicepresidente del país, Michel Temer, incluso escribió una carta personal a la Presidente (que curiosamente tomó estado público) donde afirmaba que nunca había contado con la confianza plena de Dilma y que sentía la necesidad de tomar distancia del gobierno. Los sondeos de opinión, a principios de diciembre, daban índices de aprobación del gobierno de Dilma por debajo de la inflación, que es del 10% mensual.

Simultáneamente, comenzó un proceso contra el Presidente de la Cámara por evasión de impuestos, cuentas secretas en el extranjero y blanqueo de dinero. A medida que Suiza iba informando que había una, dos, tres y quizás algunas cuentas más en sus bancos, comenzó una movilización, tanto en los medios políticos como en la calle, para que Cunha renunciara al cargo de Presidente de la Cámara.

El siguiente paso fue el “ritmo” que tendría la tramitación oficial de cada uno de los procesos. Las maniobras legales y políticas de Cunha lograron que su proceso se trate cuando termine el receso parlamentario de los meses de enero y febrero. Sin embargo, el precio político que esas filigranas legalistas tuvieron para el Presidente de la Cámara fue alto: actualmente la opinión pública lo considera un chantajista que se vale de las prerrogativas de su cargo para aceptar o no el proceso de impeachment contra Dilma, y lo usa como moneda de cambio. Y aparentemente la población no se deja engañar…

Por otro lado, el panorama del Gobierno y la Presidente Dilma a fines de enero no es tan sombrío como un mes atrás. Todavía no se ha decidido si el proceso contra la Presidente continúa o no, pero en el caso de que prosiga, no parece difícil que el Gobierno consiga el número mínimo de Diputados para que el proceso se cierre.

Lo que todavía no se ve en el horizonte es una solución clara para el pantano económico en que se encuentra el país y nadie sabe cómo solucionar. Pero resulta evidente que, hasta que no se decida el problema político en un sentido u otro, no se solucionará el problema económico. La cuestión es urgente y requiere la mayor rapidez posible, porque los números son cada vez más preocupantes. La inflación superó el 10%, el dólar pasa los 4.00 reales, las acciones de Petrobras valen poco más de un dólar, los índices de desempleo son cada vez más altos y las perspectivas cada vez  más desalentadoras.

El Ministro de Hacienda Joaquim Levy renunció a su cargo a mediados de diciembre y fue sustituido por Nelson Barbosa, un hombre del partido (PT) que procurará responder a las exigencias del Partido de los Trabajadores en medio de los graves problemas estructurales que enfrenta el país. Habrá que ver si lo consigue. Por el momento, Joaquim Levy fue invitado a ser Director Financiero del Banco Mundial y Nelson Barbosa está trabajando con su equipo para encontrar una salida.

Entre tanto el precio de los servicios públicos sigue subiendo en todos los Estados: la luz, el agua y el transporte. Y dos graves problemas acaban de aparecer en el horizonte: la crisis de la Salud Pública y los casos cada vez más numerosos de enfermedades transmitidas por el mosquito Aedes Aegipti, sobre todo el riesgo para las mujeres embarazadas ya que provoca malformaciones y microcefalia en los niños en gestación. La red pública de hospitales y los centros de investigación no están preparados ni cuentan con el dinero necesario para atender adecuadamente los casos que se van presentando.

La próxima partida del ajedrez político probablemente se juegue después del Carnaval. Mientras tanto, los contrincantes, Dilma y Cunha, buscan apoyos y fuerzas para preparar sus jugadas y llegar con las mejores chances. Habrá que esperar.

* Profesor di Historia de América em la Universidad Federal de São Paulo.

Traducción de Claudio Ferlan

 

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